ARQUITECTURA ANTIGUA (categoría D). De 41 a 61 metros.
PREMIOS
Reconocimientos: Accésit (1995, 1996 y 2007), Mención especial (2010) y Premio singular (2017).
CUIDADORAS
Marina Muñoz y Celeste Almenara.
EL DETALLE
Celeste ha preparado este año una muñeca de macetas, un guiño pensado sobre todo para los pequeños.
Cada planta se identifica con letreritos, que este año van atados para que nadie se los lleve de recuerdo.
Es uno de los recintos con más magia. Fue propiedad del Duque de Hornachuelos ya en 1863 y en el mismo llegaron a vivir 8 familias, hasta que Antonio Almenara se fue haciendo con la propiedad para convertirlo en casa unifamiliar sin perder el espíritu de antaño, con su suelo popular de bolo de río, gruesos muros, pozo medieval con leyenda de fantasma incluido (pregunten a Celeste) y toda una gama de puertas, ventanas y ventanucos que se abren al patio, herederos de las antiguas dependencias de casa de vecinos, donde cada cual buscaba la luz del patio en continuas reformas. Y por si fuera poca la magia de este inmueble de tres siglos, ahí están esos letreritos para identificar a las especies, una a una, que este año van atados para que algunos no se los lleven de recuerdo. Quizá algo poco ortodoxo, pero que ha convertido al patio en el más querido para muchísimos visitantes, que agradecen irse con esa lección de botánica popular cordobesa. También el recinto participó en el ciclo Patios en Navidad y Los Patios en Jueves Santo, con un altar en donde destacaba una bella talla.