Martín de Roa 2

Quizá la muralla medieval del Alcázar Viejo, de cuando el barrio fue bastión de un cuerpo de ballesteros, sea la pared fortificada del mundo que, lejos de servir de barrera, más se abre al mundo. Al menos en este recinto en donde un inmueble moderno tiene a su espalda un lienzo medieval en en el que más de 450 macetas de unas 70 variedades ‘cosen’ de lado a lado siglos de historia, todo ello con ejemplares tanto clásicos como con curiosidades como una pata de elefante con su descomunal bulbo, la costilla de Adán, la boina basca, begonias enormes, pilistras, costilla de Adán, esparragueras o el helecho llamado blue star (estrella azul), en el entorno del pozo... un patio con pavimento de chinos cordobés blanco y negrohaciendo figuras (antiguamente, algo propio de casa rica) donde se ha recuperado un lavadero de época, el pozo, la fuente, una colección de antigüedades.. Y todo ello sin tocar la muralla para no comprometer su conservación. Por el patio pulula una tortuga que se toma la vida con la misma filosofía que se respira en el recinto: la de ver pasar el tiempo entre siglos.