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PATIOS DE CÓRDOBA

Ruta de San Pedro y Santiago: El paraíso de los sentidos

5 patios de arquitectura antigua, cuatro de moderna y un patio singular componen un recorrido tan variado como cargado de encanto

Patios cordobeses de San Pedro y Santiago

Patios cordobeses de San Pedro y Santiago A.J. GONZÁLEZ

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Patios cordobeses de San Pedro y Santiago Araceli R. Arjona

Dicen los cordobeses que no hay patio feo, aunque también dicen que hay unos más bonitos que otros. Ambas afirmaciones son verdad y aunque parezcan contradictorias no lo son. Es difícil entrar a un patio de los que participan en el concurso municipal de mayo y que el espacio no te embriague por algún motivo, ya sea la disposición de las macetas, por el aroma que despiden, por el sonido del agua o del silencio o por todo a la vez. La ruta de San Pedro y Santiago discurre por una de las zonas de patios de Córdoba menos conocida del mayo festivo y sin embargo, es una de las más variadas y hermosas, ya que engloba nada menos que diez patios, cinco de arquitectura antigua, cuatro moderna y un patio singular, entre los que se pueden encontrar todos los modelos de casas existentes en la actualidad y a cuál más bella.

Ejemplo de esa variedad es la calle Maese Luis, que podría ser punto de inicio del recorrido. En solo una calle, los visitantes pueden encontrar cuatro ejemplos distintos de patio y asistir al espectáculo floral más diverso.

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Patios de Córdoba: Ruta de San Pedro y Santiago A.J.González

Maese Luis 3

Puede que al llegar encuentren cola en la puerta. Es lo que ocurre a veces con los recintos pequeños de aforo limitado, que el flujo de entradas es más lento que en los más grandes y a veces toca esperar un poco. No desesperen. Nada mejor que una cola en los patios de Córdoba para hacerse con consejos valiosos sobre lugares próximos para el próximo café o el aperitivo o informaciones curiosas sobre los descubrimientos que los de antes o después hicieron en sus visitas previas. Pongan la oreja y verán. Una vez dentro, puede que se encuentren con Isabel quien les explicará cómo este año apostó por vestir de rosa su patio para desafiar los horrores de la guerra. "Me pareció una forma de contrarrestar lo que está pasando en el mundo y lanzar un mensaje de amor y de fuerza a través del color", explica, "algo positivo y amable en este mundo a veces tan loco y agresivo". Presten atención no solo a las plantas, entre las que destacarán las amarilis o las centaureas, una cica, una hermosa jacobina y un jazmín moruno, sino a las obras de arte que pueblan el patio y a los sonidos. "Mujeres artistas del colectivo Wallada nos han enviado poesías y piezas de música inspiradas en el patio que ponemos de vez en cuando para las visitas", explica Isabel. Por si no tienen la posibilidad de acudir, todo está en la página web asociacionomnisterra.wordpress.com.

Patio de Maese Luis 4. A. J. GONZÁLEZ

Maese Luis 4

Unos metros más adelante en la acera de enfrente, encontrarán otro patio que participa en el concurso desde hace ocho años. Desde la puerta, ya es posible admirar la sinfonía de color compuesta a base de surfinias moradas, pericones, margaritas y una costilla de Adán de gran porte que combina con el resto de plantas verdes de este patio de estructura peculiar, ya que está construido sobre una base trapezoidal. En esta como en otras casas de Maese Luis, el chino cordobés es sello identitario, tanto como las columnas y arcos que dan forma al recinto. No duden en recorrer sus soportales que rodean a la fuente central. En esos lugares siempre surgen las mejores ideas.

Maese Luis 9

El chino cordobés decora también el zaguán de Maese Luis 9, a través del cual se accede a un espacio capaz de transportar al visitante a otro lugar gracias al cantar de los pajarillos que presiden el patio entremezclado con el toque de guitarra con que Flori y su familia amenizan las visitas durante el concurso. Sigan el sentido contrario a las manecillas del reloj para recorrer el patio, en el que encontrarán una hermosa flor de lis, geranios que chorrean en forma de mantón, azucenas antiguas en flor, una llamativa dalia rosa, y una kentia sucesora de una anterior tan grande que tuvo que ser donada al Jardín Botánico de Córdoba. Puede que pasen, sin saberlo, por la planta de la canela que atesora el patio, pero si llegan con calor, en este patio podrán comprobar el efecto microclima de los patios, capaces de rebajar la temperatura exterior en varios grados.

Maese Luis 22

Después de dos recintos de arquitectura moderna, al final de la calle encontrarán uno de arquitectura antigua que habita Luisa García. Poblado de surfinias rosas y moradas, su esbelto limonero sigue siendo la estrella de la casa, rodeado de flores rojas de todas las formas. El rastro artístico de su cuidadora, maestra ceramista, se dejará ver en las formas de sus macetas y en el primor con que coloca cada planta y los elementos con los que ornamenta cada rincón del patio y el zaguán. El pozo tampoco es cualquier cosa. De origen medieval, es uno de los elementos que han venido a sumar belleza al entorno.

Patio de Aceite 8. A. J. GONZÁLEZ

Aceite 8

Desde Maese Luis, toca pasear un poquito y tras cruzar la plaza de las Cañas y la plaza de la Paja, llegar hasta San Pedro para, desde ahí, enfilar la calle Agustín Moreno. Una vez allí, se puede empezar por Aceite 8, la casa de José Antonio y Carmen, una maravilla que destaca por la ingente variedad de plantas y flores que atesora y que están ahí todo el año, no solo cuando llega el mes de mayo. José Antonio suele sentarse a la sombra en algún rincón y atender a las dudas de los que entran en su casa, en la que guarda seis variedades de palmeras, una colección de cactus, varios ejemplares de burundanga, calas, caléndulas, margaritas, gitanillas y un largo etcétera de especies con y sin flor. Como la palmera del fondo, a la que salvaron del picudo y que les hizo merecedores de un reconocimiento del Jardín Botánico. Desde entonces, la fumigan cada mes y ahí sigue en pie, desafiando a la gravedad. En la piscina, que este año se puede rodear, encontrarán restos de los macetones que algún despistado precipitó al agua al querer hacer un selfie demasiado cerca de la orilla. No son tortugas, como alguien sugirió al ver los trozos, y conviene no alimentar los restos con más destrozos. Gajes del oficio.

Jenaro en el patio de Siete Revueltas 1. A. J. GONZÁLEZ

Siete Revueltas 1

El patio de La Casa de las Campanas les saldrá al paso en Siete Revueltas 1, una casa donde nunca hay cola porque el patio, propiedad de la Asociación Amigos de los Patios, enmarcado este año en la categoría de singular, es enorme y tiene un aforo de 90 personas. Si tienen suerte, es posible que se encuentren con Jenaro, el encargado de cuidar las plantas, que les pondrá al día de las novedades de este año y revelar alguno de los secretos que le han contado sus plantas después de tantos años mimándolas. La más llamativa es la decoración en rosa y rojo de la escalera del fondo, donde la buganvilla de la tapia se funde con las iresinas colgadas en la pared y los geranios y begonias rojas colocadas en los escalones. Un rinconcito en el que deleitarse antes de investigar por el patio otras delicias como el filodendro gigante que se encuentra en una de las esquinas, la kentia renacida al fondo, tras cambiar de ubicación, las centaureas florecidas en amarillo que envuelven el escenario, los helechos o el falso jazmín de la entrada, por poner algunos ejemplos. La multitud de objetos de anticuario que se distribuyen por todo el patio también llamarán la atención del visitante, que también podrá encomendarse a San Rafael, custodio de la ciudad y del patio de Siete Revueltas.

Agustín Moreno 43

Un poco más adelante, les espera la novedad del concurso de este año, el patio de Agustín Moreno 43, del que cuidan Francisco y su hijo, que vuelve a la competición tras varios años de ausencia. Además de las dos hiedras que abrigan la propiedad con su manto verde, una nacida de un esqueje que la abuela de Francisco tomó de la Alhambra hace más de 40 años y la otra de un esqueje del Alcázar de los Reyes Cristianos, les impactará la pared de surfinias blancas y lilas que cubre un testero entero, así como la esparraguera de más de 30 años que recorre uno de los rincones. Si cierran los ojos, podrán disfrutar del sonido del agua de la fuente, a la que algunos tiran una moneda como si se tratara de la Fontana de Trevi. No se corten.

Barrionuevo 43

La calle Agustín Moreno tiene sorpresas en varias callejuelas y mucho que ver, así que igual conviene parar un poco en la plaza de Santiago para reponer fuerzas. En Barrionuevo 43, podrán acceder a una casa de vecinos donde se comparte espacio y cuidado de plantas. Entre los cuidadores se encuentra Eduardo, un señor de Barcelona que vino a Córdoba hace 27 años y ya no se ha ido. Además de la buganvilla que este año luce espectacular al fondo, el patio está habitado por rarezas como el rosal de pitiminí que envuelve una de las paredes, un cactus de pelo largo y otras más habituales en los patios como las flores de la justicia, la flor de gamba y las azucenas. La hiedra que revestía media casa se dio de baja hace poco, así que ahora los colores destacan aún más sobre el blanco desnudo.

Tinte 9

Al otro lado de Agustín Moreno, en el número 9 de la calle Tinte, se encuentra la casa de Ana Muñoz, una de las veteranas del concurso, otra delicia de colores en esta época del año. Su dueña tiene mucho que ver, ya que tiene un don para que las plantas florezcan donde ella las coloque, ya sea un tiesto de barro o un tapón del suavizante. A sus miniaturas se unen como señas del patio el limonero-naranjo que crece en una esquina y el despliegue de flores que año tras año alegran los muros de este patio de arquitectura antigua tan auténtico. Premios y reconocimientos a su buen hacer, desde luego, no le faltan.

Patio de Alfonso XII 29. A. J. GONZÁLEZ

Alfonso XII 29

El décimo de la lista o el primero, según por dónde se empiece, es el patio de Alfonso XII 29, la casa de Jacinto e Iluminada, dos enamorados de la fiesta de los patios que este año vuelven a abrir al concurso en la modalidad de Arquitectura Antigua. Poblado por una amplia variedad de plantas verdes, el recinto está salpicado de color con mucho arte gracias al buen gusto de sus cuidadores, que además de reciclar materiales para sus propias creaciones, se valen de gitanillas y otras flores de temporada y logran poner luz en paredes y rincones. No suele haber mucha cola, así que igual se vuelven a casa con algún consejillo para sus macetas.

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