Conocer la esencia de los patios de Córdoba es una práctica que siempre mezcla el ejercicio físico, la resistencia y la curiosidad. Cada una de las rutas diseñadas por la guía de Diario CÓRDOBA obliga a practicar el senderismo urbano en un casco histórico plagado de historia con el hándicap de las altas temperaturas de mayo, que ponen a prueba a los más perezosos, y el aliciente de los mil y un tesoros que cada recinto esconde y que solo se ofrecen a los exploradores más interesados. La ruta de San Andrés-Realejo, compuesta por siete patios; tres de arquitectura moderna, tres de arquitectura antigua y un patio conventual; es una buena opción para conocer en un solo día algunas de las joyas de esta fiesta de Córdoba declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Santa Marta 10
Se puede empezar por el patio singular del convento de Santa Marta, adornado para la ocasión y por segundo año consecutivo por la hermandad de la Misericordia. Amelia Cano es una de las hermanas que suele estar en la puerta atendiendo a las visitas junto al controlador. "Pasar una mañana en este patio es un lujo por la paz y la tranquilidad que se respira, este año está habiendo muchas visitas desde el primer día, pero aún así se puede oír el silencio mientras se contemplan las flores". Las hay de todos los colores aunque predominan las rosas, rojas y violetas, el tono corporativo de la entidad. Las hortensias son las que más llaman la atención del público y las que más dudas suscitan aunque Amelia recomienda contemplar otros rincones como la salita del fondo, donde las monjas de clausura solían atender a las visitas antiguamente, el altarcito de Santa Marta o la muestra de bordados instalada este año justo en el centro, que suele transportar a las mujeres de cierta edad a un tiempo remoto de costura compartida con las madres y abuelas.
Pedro Fernández 6
Basta salir de Santa Marta y dejarse caer por un par de callejuelas para llegar a Pedro Fernández 6, la casa de Ana Balbuena, la malagueña (de Los Boliches) más cordobesa de los contornos, que invita a colocarse la mascarilla antes de entrar "porque si por aquí pasan cada día mil personas, es normal que alguna tenga covid y a mí me gusta acercarme a todo el mundo para explicarles lo que me pregunten", comenta sincera. Inscrito en la modalidad de Arquitectura Moderna, quien quiera descubrir tesoros, este es uno de los mejores sitios. Los buenos observadores encontrarán el retrato de Ana y el libro Córdoba es patio regalados por el Ayuntamiento, las sillas de madera obsequio de Sadeco repartidas por distintos puntos y las figuras de porcelana con forma de tortugas y perros que coloca en lugares estratégicos para que los niños que pasen se entretengan en buscarlos (este año hay un pequeño caimán como estrella invitada en el patio). La paleta de colores que atesora este patio es enorme, de modo que sin moverse demasiado el visitante encontrará una amerilis (suegra y nuera) blanca bellisima, un frontal de pensamientos amarillos y azules homenaje a la bandera de Ucrania, toques de añil de lovelias, surfinias con forma de piruleta de fresa junto a otras dobles negras de filito amarillo, begonias y geranios en flor y una azucena que está esperando el día de la Virgen de Fátima para abrirse del todo. Un espectáculo digno de ver y explorar.
Diego Méndez 1
Si seguimos el rastro de la ruta, llegaremos a Diego Méndez 1 sin demasiada dificultad, previo paso por la iglesia de San Andrés, su encantador parquecito y El Realejo, donde el que tenga sed podrá hacer un alto en el camino y hasta tomarse un buen bocado de jamón de calidad suprema. En Diego Méndez, encontrarán un patio sencillo de Arquitectura Antigua propiedad de Vimcorsa y habitado por nueve familias que cuidan con esmero todos los detalles. La joven Alicia les recibirá en el interior del zaguán con el sonido de unas sevillanas o algún tema popular de fondo. Sin demasiada bulla, salvo que alguna excursión haya pasado por la zona, en este recinto podrán recrearse contemplando plantas singulares como las Lágrimas de la Virgen que se ven nada más entrar entre el atrezzo flamenco con que se ha ambientado el patio.
Pedro Verdugo 8
Si vuelven a la plaza del Realejo y recorren unos metros en dirección a San Lorenzo, pronto encontrarán a la derecha una bocacalle que les conducirá a Pedro Verdugo 8, un patio de arquitectura antigua que destaca por el pozo central, uno de los pocos que quedan en la zona. Si tienen suerte, Mª Ángeles saldrá de la casa a recibirles, aunque es posible que ande atareada con la comida. "Aquí se come todos los días también", bromea, o preparándose para ir a cuidar a su madre, a la que debe atender mientras abre la casa en concurso. Enamorada de su patio, puede que les explique que quiere tener un frontal lleno de claveles y por eso cada vez coloca nuevas plantas en uno de los testeros, o cómo se las apaña para tener la buganvilla tan espléndida o para regar cada mañana todas las macetas y atender el resto de quehaceres sin perder el aliento. No tiene mucho tiempo que perder, pero siempre tiene unos minutos para regalar.
Las Tazas 11
Sigan en dirección a la hermosa plaza de la Magdalena, donde se encuentra la iglesia homónima, ya desacralizada, para enfilar hacia Las Tazas 11, una placita escondida que esconde uno de los tesoros más grandes de la fiesta de los patios, la casa de Cristina, un auténtico lujo para los sentidos donde antaño vivieron una trupe de familias y ahora vive solo una. Lo mejor es ir con tiempo de sobra a este patio, ya que por sus dimensiones, tendrán ocasión de verlo con tranquilidad y sin agobios y prestarle la atención suficiente para no perder detalle. Si Cristina anda por allí, no duden en preguntarle aunque bastará contemplar las buganvillas, el gran drago, las calas o cualquier rinconcito que les llame la atención. Les dejará con la boca abierta. A ver cómo se apañan luego para cerrarla.
Isabel II 1
Pasando la plaza de Regina, donde podrán hacer un alto en el camino y refrescar el gaznate si así lo desean, estarán a pocos metros del patio de Isabel II 1, de vuelta a la arquitectura antigua. Conocido por su jazmín estrellado y su rincón de aromáticas, puede que lo mejor de este patio sean sus vestigios arqueológicos, que, entre vivienda y vivienda, dejan muestra de la interculturalidad de Córdoba, ya que mezclan el arte tardorromano, el islámico y el califal con obras más contemporáneas. Se ve que los cuidadores tienen mano para hacer que todo fluya. No pierdan ojo.
La Palma 3
En La Palma 3, junto a la plaza de San Pedro, se encuentra la casa de Manuel Cachinero, un artista que además tiene una mano impecable con las plantas. No hay más que ver su patio, el tesoro de Manuel que enamora a todo el que lo conoce, como demuestra la controladora del acceso de esta edición, que lo vende como si fuera suyo. "Es una maravilla porque Manuel lo cuida con muchísimo esmero de la mañana a la noche, cada detalle, cada hojita seca", explica, "si ve que falta color en un rincón mueve una maceta y pone un poco de amarillo o de rojo porque tiene muy buen gusto". Visto desde fuera, llama la atención la impresionante buganvilla que corona el soportal de entrada, pero recorriendo su silueta observarán la variedad floral que lo puebla, incluida un ramillete de hortensias que rodean la fuente y los clásicos geranios, entre los que hay uno que el Jardín Botánico bautizó con su nombre por no ser muy habitual encontrarlo ya. En un momento de auge del arte y la fusión, este patio de Arquitectura Antigua es un ejemplo de ello, ya que entre estructuras arcaicas florecen los toques contemporáneos colocados por Cachinero. El que busca halla.
