Dos inmensas pilistras del patio de Gutiérrez de los Ríos 33, el Patio de Almonas, que cuidan Benito Raya y Carmen Valencia y que compite por décima vez en el certamen, entraron ayer en el exclusivo club de las Plantas Singulares del Real Jardín Botánico de Córdoba (RJBC), el galardón que entrega esta institución anualmente a alguno de los ejemplares botánicos más destacados de entre las miles de plantas de los patios en competición.

En las dos pilistras (nombre muy popularizado del científico, Aspidistra Eleator), el RJBC viene a reconocer a esas plantas de verde de los Patios, ya en un segundo plano entre tantísimas nuevas incorporaciones espectaculares a los patios en las últimas décadas, que sin embargo fueron las más populares de los patios cordobeses desde el siglo XIX. De hecho, se supone que esta planta, originaria del Sur de Japón, habría llegado a Córdoba por su popularidad desde la primera mitad del siglo XIX en el Imperio Británico (quizá a través de la influencia de las familias inglesas en la zona de Jerez), ya que la planta llegó a simbolizar la fortaleza de la Inglaterra victoriana. Por ello, también se le conoce como planta de hierro, dada su «austeridad, adaptabilidad, elegancia, longevidad y capacidad de mantenerse años y años en condiciones sombrías», recuerda una nota del Botánico. Y una anécdota más: en las primeras fotos de retratos de estudio británicas no faltaba casi nunca una pilistra, a buen seguro como gesto de fidelidad a la reina.

El premio a los cuidadores del Patio de Almonas fue entregado ayer por la presidenta del Imgema, la concejala Cintia Bustos, que además también hizo efectivo su reconocimiento a Cristina Bendala (del patio de Plaza de las Tazas 11) después de que la pandemia impidiese este acto el año pasado cuando ganó en la edición extraordinaria de otoño el galardón a la Planta Singular, en este caso por su drago, uno de los poquísimos árboles de su especie (que son capaces de alcanzar los dos mil años) que prosperan fuera de sus originarias Islas Canarias.

Junto a las dos pilistras y el drago, este exclusivo club del RJBC y de los Patios lo componen desde el 2010 la monumental esparraguera fina de casi 5 metros de altura de Parras 6, que abrió una lista seguida por una azucena de entre el millar de macetas en Escañuela 3, en el año 2011. Los años siguientes le tocó la distinción al limonero de Maese Luis 22, cultivado en espaldera siguiendo una técnica árabe que recuperó María Luisa García; la espectacular buganvilla de Palma 3, una explosión de color, en el 2013; la costilla de Adán, de más de 5 metros de altura, de Parras 5; el geranio basto de dos metros de altura y varias décadas de edad de Barrionuevo 22 se llevó el premio en el 2015, así como en el 2016 los helechos de Isabel II 25.

Por otra parte, la palmera canaria de Aceite 8, salvada con mucho trabajo de la plaga del picudo rojo, ganó el premio en el 2017, mientras que la kentia de cinco metros de altura fue distinguida en el 2018 en Maese Luis 9. El último ejemplar antes de la pandemia galardonado fue el espectacular rosal de pitiminí de Barrionuevo 33.