El palmeño Antonio José Meléndez Martínez, doctor en Farmacia, acaba de recibir un nuevo reconocimiento por su línea de investigación sobre producción sostenible de alimentos para la promoción de la salud. Catedrático de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Sevilla, asesora también a la Comisión Europea en actividades I+D+i.

Es una estrategia de futuro por la sostenibilidad, la ciencia tiene que dar respuesta a retos de nivel global. Alimentar a toda la población de forma saludable para evitar enfermedades, alimentar a más gente con menos recursos, entre ellos el agua, es el argumento. En el 2050 serán 10.000 mil millones de habitantes en el planeta, hay un gran reto que superar, se abren otras muchas líneas de actuación, desde el desperdicio alimentario a la educación. No son soluciones de hoy para mañana, se necesita un cambio de mentalidad, una estrategia desde lo político, administración, comunidad científica y también la sociedad.

Es todo. Recuerdo que mi madre, de pequeño, nos recordaba siempre que había que apagar las luces, sin olvidar la regleta. Tenemos que seguir inculcando eso a nuestros hijos, no es el dinero, es el respeto y el ahorro ambiental. Tenemos que escuchar tanto a nuestros mayores, su experiencia y sabiduría, como a los agricultores, que conocen la tierra y sus cultivos, habría que crear sinergías entre ellos y la comunidad científica.

Mi campo de investigación es de las aplicaciones en agroalimentación, salud y cosméstica de los carotenoides.

Son unos compuestos muy versátiles, por ejemplo, en nuestra tierra, como componentes de calidad del zumo de la naranja. También están en los pimientos, tomates, zanahorias o vegetales de hoja verde. Lo primero que hay que destacar es que son esenciales para la fotosíntesis, que es el motor de la vida. Están relacionados con un menor riesgo de cáncer, ante enfermedades oculares y pueden evitar muertes infantiles derivados de la deficiencia de la vitamina A. Una investigación coordinado en carotenoides va a ser clave para abordar el reto alimentario fijado para el 2050. Empecé con este investigación cuando terminé la carrera, hace veinte años.

La comunidad científica también tiene que hacer autocrítica, creo que no sabemos hacer llegar a los ciudadanos las respuestas que buscamos. Y esas respuestas también hay que trasladarlas al sector empresarial y a las administraciones.

Es muy difícil ser científico en España, lo he comprobado tras trabajar en Liverpool, Londres y Boston. Ahora, desde la UE, las políticas agroalimentarias convergen hacia el reto de producir alimentos saludables y sostenibles para una población creciente y ante el cambio climático.