La sabiduría de la gente sencilla ha mostrado su inteligencia. Los trabajadores del campo han protestado denunciando irregularidades en las condiciones de trabajo y subrayando que "la naranja necesita venderse mejor".

El razonamiento de los jornaleros es bien sencillo: Gente que viene de fuera a enriquecerse, con sus camiones y sus cuadrillas; empresas que campan a su anchas saltándose a la torera la legalidad laboral; situación de precariedad en muchas familias por falta de trabajo que aprovechan unos cuantos, más mano de obra tras la caída del ladrillo, dejadez de las administraciones competentes, miedo a denunciar por parte de los trabajadores y beneficios que se sacan, como siempre, a costa del bolsillo de los más débiles.

No es la primera vez que alzan la voz y la confianza es ya escasa.