La huelga de los trabajadores de la campaña citrícola finalizaba con una estimación de pérdida en jornales cercana a los 2 millones de euros. Los calculos, según los datos que maneja el comité de trabajadores del Bajo Guadalquivir, son paralización de la campaña cinco días con unos 1.800 o 2.000 recolectores tan solo en Palma del Río, y una convocatoria a 10.000 trabajadores de la zona citrícola en la Vega cordobesa, incluyendo a las localidades de Peñaflor y Lora del Río, Sevilla. Las pérdidas que ha provocado a título empresarial no se conocen, los empresarios y la patronal han optado por no cuantificar el daño, aunque consideran que "ha sido una huelga injusta".

Los trabajadores comenzaban su movilización a principios de diciembre denunciando prácticas abusivas y desleales. En las diferentes asambleas y manifestaciones han afirmado que no consiguen reunir las peonadas para acceder al subsidio agrario, quejándose de contratos de 2 días a la semana, que no son dados de alta a la Seguridad Social, e incumplimientos en el jornal, transporte y afirmando que "a través de corredores o manijeros se pierde parte de nuestro jornal".

Dibujan un escenario explicando que "los empresarios contratan mano de obra extranjera, porque aceptan cobrar en torno a 30 euros o menos, en vez de los 46,6 estipulado en convenio". En este sentido, un trabajador extranjero enseñaba en una asamblea una nómina de 820 euros por 8 días de trabajo, aclarando que "es un engaño, han sido 18 días por algo más de 300 euros".

El movimiento de trabajadores insiste en que las denuncias son el camino para acabar con "tanta práctica delictiva e incumplimientos en el convenio".

Francisco Moro, secretario del sindicato CTA, anunciaba el primer día de huelga que se habían presentado 7 denuncias en el Juzgado de Posadas contra 7 empresas por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores.