Opinión | Residencias

Esther Cortés Bueno

Córdoba

¿Mercadeando con nuestros mayores?

Tratar de unir negocio redondo y mayores (los nuestros, porque ellos siempre son los nuestros, con nombres, apellidos y una historia compartida) es propio de gentes sin escrúpulos. A una le cuesta creer que una residencia de ancianos pueda mercadear con sus residentes, porque es indigno, aunque sea relativamente fácil: la mayoría de ellos no tienen fuerzas ni medios para exigir y se aprovechan de que sus familias no actúan (por motivos varios, no siempre justificables ni entendibles). Una residencia requiere gran gasto para mantener los mínimos: personal experto, medios médicos y técnicos. Aun tratándose de una residencia privada, donde los residentes pagan el 100% de su estancia, esta no logra hacer un negocio redondo. Solo hay que hacer números para entender que cuando hay más gastos que ingresos, no existen beneficios. 

Sin embargo, esto no parece frenar a Orpea Córdoba. Un magnífico edificio, con personal entregado a sus residentes, pero insuficiente en número, por lo que les resulta imposible atender como podrían hacerlo, ya que están cualificados. Y con una alimentación que raya lo prohibido. Sus residentes se quejan de comer poco, y de que no reciben una dieta equilibrada ni adecuada a su edad. Pasan hambre. Orpea Centro, en Córdoba, recorta gastos donde no debe: personal y cocina. Inaceptable. Solo hay que preguntar a los que residen allí.

Tracking Pixel Contents