Opinión | Política

Alberto Álvarez Pérez

Sevilla

Necesitamos una economía dinámica

El viejo dicho castellano «donde no hay harina, todo es mohína», conserva su pleno valor. Donde no hay harina, es decir, recursos económicos, es difícil una vida política sana y una acción administrativa eficaz y de importancia. Para que haya recursos que repartir hace falta una economía eficiente y dinámica. Una sociedad justa, una comunidad capaz de lograr una vida con calidad y estilo en un Estado desarrollado, requiere economía dinámica, es decir, capaz de producir cantidad suficiente para el consumo, para el intercambio con otras economías. Una economía dinámica ha de ser capaz también de investigar, de crear nuevas fórmulas tecnológicas, de mejorar los procesos de producción. Una economía dinámica ha de tener, además, un peso, una fuerza, en relación con otros sistemas económicos. Una economía dinámica, en fin, ha de ser capaz de crecimiento, de desarrollo, de adaptación a nuevas circunstancias. Porque el mundo no se para nunca; da vueltas constantemente, la rueda de la fortuna es uno de sus rodamientos más caprichosos. Y nuestro presidente Sánchez sigue sin tener idea de todo el funcionamiento económico del país.  

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