Opinión | Derechos humanos

Francisco González

Córdoba

Las mujeres de la comunidad bahá’í iraní

La comunidad bahá’í de Córdoba, muy preocupada por la terrible situación a la que se enfrentan actualmente las mujeres bahá’ís iraníes y, en apoyo a una campaña global, quiere sacar a la luz los últimos acontecimientos que están afectando a nuestros correligionarios en aquel país. 

Tal es la preocupación por esta situación, denunciada por muchos gobiernos del mundo, que un grupo de dieciocho relatoras y relatores especiales de las Naciones Unidas y expertos de los Grupos de Trabajo de la ONU han emitido una carta conjunta de denuncias que reprende a la República Islámica de Irán por el reciente incremento de los ataques contra las mujeres bahá’ís. Las mujeres de la comunidad bahá’í iraní se enfrentan a una persecución interseccional de doble índole, tanto por ser mujeres como por ser bahá’ís.

«Manifestamos nuestra profunda preocupación por lo que parece ser un aumento de la persecución sistemática contra mujeres iraníes pertenecientes a la minoría religiosa bahá’í en todo el país ―afirmaron los expertos de la ONU en su declaración―, con detenciones, citaciones para interrogatorios, desapariciones forzadas, allanamientos de sus hogares, confiscación de sus pertenencias personales, limitaciones a su libertad de movimiento, así como prolongadas y consecutivas privaciones de libertad».

Los relatores especiales de la ONU y los miembros de los Grupos de Trabajo de la misma son expertos independientes nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para investigar, vigilar e informar sobre violaciones específicas de derechos humanos en todo el mundo. 

Esta poderosa declaración fue confirmada hace unas semanas con la condena de diez mujeres bahá’ís en Isfahán a un total de 90 años de prisión por el solo hecho de ser mujer y bahá`í.

Las mujeres bahá’ís constituyen dos tercios de todos los bahá’ís perseguidos actualmente en Irán, y se enfrentan a detenciones arbitrarias, denegación de acceso a la educación, allanamientos de sus hogares, separación de sus familias, citaciones judiciales, juicios por cargos criminales infundados y años de encarcelamiento injusto.

Las mujeres bahá’ís en Irán se hallan expuestas a las mismas presiones y violaciones de sus derechos como el resto de las mujeres, pero, además, sufren la denegación de acceso a la educación y al empleo público, y son arrestadas y encarceladas por su adhesión a la Fe bahá’í.

«Cuando se ataca a las mujeres bahá’ís, el dolor de esta injusticia afecta a familias enteras», afirmó Simin Fahandej, representante de la Comunidad Internacional Bahá’í (CIB) ante las Naciones Unidas en Ginebra.  

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