Opinión | In memoriam

Jesús Gutiérrez Molero

Pepe Gutiérrez y su esposa, Sierra Molero, ya gozan de la presencia del Padre

Siempre se dijo que detrás de un gran hombre, siempre había una gran mujer. En el caso de Pepe Gutiérrez y Sierra Molero, se cumple ese dicho popular, pero he de matizar que, detrás de una gran mujer, se hizo un gran hombre capaz de desarrollar lo mucho bien que hizo en este mundo. Desde aportar su granito de arena en la santería, tradición popular de Lucena, que según palabras del propio Pepe Gutiérrez: «Fue la santería el hecho social, cultural y religioso más grande de Lucena», aportando, desde el primer momento, arte y elegancia. Sabiendo dignificar y compartir la esencia de este mundillo que hace hermanar a todo lucentino.

En otra etapa de su vida, gracias al movimiento de Cursillos de Cristiandad, conoció a un Jesús tan cercano, que a todos nos ama tal como somos. Por este motivo, hizo que 442 hombres vivieran su misma experiencia, dignificando así a su propia persona y al de sus familias. Teniendo claro, que había que dar gratis lo que había recibido gratis.

Siempre entendió, que el cristiano tenía que estar presente en la vida pública, de ahí, el acercamiento a la política, con el único objetivo de servir por este medio a los demás. Sirva como ejemplo, que en los ochos años que asumió la responsabilidad de ser alcalde de Lucena, se entregaron 690 viviendas y se implicó con todas las consecuencias, en impulsar económicamente a su ciudad.

Fue testigo quien escribe, que, al dejar la alcaldía de Lucena, el déficit era cero, con saldo en las arcas municipales de 30 millones de pesetas, manifestando el propio Pepe Gutiérrez: «me entregaron un Ayuntamiento saneado y, devuelvo un Ayuntamiento totalmente saneado»  

Todo esto se narrará en el libro titulado: «Pepe Gutiérrez, una vida de entrega y honradez», presentado en su segunda edición.

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