Aunque mucho mejor que su padre a su edad, no faltan hoy quienes atacan a Felipe VI por no levantarse al paso de la espada de Bolívar en la proclamación del nuevo presidente de Colombia. Pero ni el verano justifica ese aluvión de críticas. Primero porque ninguno de los comentarios que he leído aclara el hecho fundamental de si el rey sabía que pasaba, hecho programado pocos minutos antes, y llevada la espada casi a ras de tierra por cuatro hombres que dificultaban la visión de ese pequeño objeto, que tampoco tenía ningún pendón que lo indicara. Esto explica que muchos al lado del rey tampoco se levantaran ni aplaudieran. Puestos a criticar, no faltarían sin duda quienes llenarían páginas protestando si Felipe VI se hubiera levantado al paso de esa espada.