El día 6 del presente mes de julio, fui sometido a una importante operación de corazón en ese hospital y tras el siguiente paso por la UCI y después en la planta, fui dado de alta. He encontrado desde el minuto cero una profesionalidad y humanidad manifiesta que me obliga a escribir estas palabras. Es la segunda vez que paso por quirófano por lo mismo, pero en aquella ocasión no fue en el mismo hospital y las circunstancias fueron otras. Para un paciente que se somete a una intervención como la mía, supone un sacrificio personal importante, tanto físico como emocional; ingresas poniéndote en manos de personas de las que recibes profesionalidad y también humanidad, como ha sido mi caso, por eso deseo destacar sobre todo a quien me ha demostrado tener esas dos cualidades, el cirujano que ha llevado a cabo la intervención, el Dr. Moya y su equipo de quirófano; destacar con un cariño especial, como no puede ser de otra forma, al personal de la unidad UCI y sin poner nombres, porque no hace falta, pero a todos y cada uno de ellos, que me «aguantaron» durante cinco días. También mi agradecimiento al personal de la planta que hicieron muy llevadera mi estancia tres días más, hasta que finalmente seria dado de alta. También mi atención especial a ti, Estefanía, porque, desde tu puesto de admisión, me facilitaste la entrada el día del ingreso y me dijiste adiós cuando me marché. 

A todos gracias de corazón.