Estos últimos días se está produciendo en la Bahía de Cádiz una huelga en el sector del metal. Vemos todos los días imágenes en los informativos de piquetes y movilizaciones exigiendo mejoras laborales. Pero muchos medios se empeñan en destacar hechos puntuales de contenedores ardiendo y algunos altercados. Sin embargo, esa no es la noticia. Porque la

verdadera noticia es la lucha de 20 mil personas por incrementos salariales según el IPC, más derechos laborales y estabilidad en el empleo. Lo importante es que una región entera, con miles de familias trabajadoras que dependen directa o indirectamente de esa industria, están manifestándose y apoyando las reivindicaciones de los trabajadores del metal. También los y las estudiantes se han unido a las protestas.

Pero no pensemos que esta lucha sólo afecta a Cádiz y su Bahía, porque lo que está en juego es el modelo productivo de cara al futuro más cercano. Llevamos décadas viviendo una enorme desindustrialización en todo el país, sin alternativas de empleo reales y de falsas reconversiones. Por un lado, tenemos un modelo de turismo low cost, servicios y pelotazo urbanístico, con bajos sueldos y escasos derechos, y por otro está una alternativa de empleo digno, diversas industrias y derechos laborales, que es por lo que están luchando en la huelga en Cádiz.