Opinión | Escenario
Bocadillos
El bocadillo, según el diccionario, es una pieza de pan abierta o conjunto de dos rebanadas, en cuyo interior se coloca o se unta algún alimento, y como sinónimos le asigna sándwich, emparedado, bocata -palabra admitida desde 1983- y pulga. También considera que es el refrigerio que los trabajadores y estudiantes suelen tomar entre el desayuno y la comida. Para nosotros, el bocadillo es una solución de urgencia que remedia el hambre, ya sea inmediata o atrasada. A partir de aquí, pueden clasificarse en grandes y pequeños, calientes y fríos, pesados y ligeros... De pan bombón, chapata, barrita, payés, hogaza... (Conviene aclarar que el pan de molde, los bollos de leche y las medianoches no pertenecen a la ortodoxia «bocadillera»). Según el relleno, pueden ser de embutido, fiambre, carne de ave, ternera o cerdo, queso, paté, pescado frito o de lata, huevo o tortilla, vegetales o varios de estos ingredientes combinados y aderezados con sus correspondientes salsas y aliños.
A pesar de tanta variedad, la imagen que tenemos de un bocadillo sugiere un tamaño mínimo, no inferior a 15cm. Sírvannos de ejemplo el bocadillo de jamón, el de calamares fritos, el de tortilla de patatas y el pepito de ternera. Con la talla pitufo, que anda alrededor de los 10cm, se ha hecho famoso el serranito, que lleva lomo adobado, jamón, pimientos fritos y, a veces, mayonesa. Los montaditos suelen hacerse con pulguitas, que no van más allá de los 8cm y que se usan más como aperitivo que como merienda y, desde luego, no sustituyen un almuerzo. El sándwich es un bocadillo que se hace con pan de molde, aunque puede tener varios pisos y adquirir proporciones considerables. Se acompaña con pepinillos, mayonesa, lechuga, aceitunas verdes o negras. En conclusión, todas las guarniciones propias de los canapés.
La enseñanza ha sido mi profesión. He sido testigo y parte activa de cambios de Planes, Leyes, Decretos, Instrucciones, Proyectos y Programas. Algunas asignaturas han visto sustituido su nombre por otro más o menos largo, sonoro y definitorio. El recreo, en cambio, nunca ha cambiado su nombre ni su contenido -acaso sí sus actividades- porque continua consistiendo en interrumpir las clases para descansar, jugar y comer. La comida del recreo también ha tenido su propia evolución, pasando por bocadillos, tortas de aceite o apestiñadas, galletas, bollería industrial, batidos, zumos, preparados lácteos, frutas, frutos secos, patatas fritas y asimilados. El profesorado, en su papel pedagógico siempre ha insistido en la alimentación saludable, pero si le preguntas al alumnado, el bocadillo sigue siendo el rey.
*Académica
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