Opinión | Análisis político
El septenio de Sánchez
Hace ya siete años que Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno y lo hizo de la manera más atípica, por medio de una moción de censura, la primera que prosperaba tras el restablecimiento de la democracia. Pero no solo fue atípica su llegada al Gobierno, sino también como se hizo con la secretaría general del PSOE, accediendo inesperadamente en 2014 tras la renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba, renunciando a ella tras negarse a facilitar la investidura de Mariano Rajoy en 2016 y recuperándola en 2017 tras derrotar a Susana Díaz y a Patxi López. Y en consonancia, no menos atípica y accidentada está siendo su presidencia: graves disturbios en Cataluña a raíz de la sentencia del ‘procés’ en 2019, la pandemia de covid en 2020, la tormenta Filomena y la erupción del volcán de La Palma en 2021, la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 y la crisis energética, la dana en Valencia en 2024 y el apagón masivo en 2025.
Circunstancias a las que hay que añadir tres singularidades más. Por un lado, una enorme fragilidad política derivada del hecho de que sus gobiernos siempre han sido en minoría. En segundo lugar, una gran polarización política que se ha visto acentuada desde 2023 cuando, tras avanzar las elecciones, logró mantenerse en el poder pese a haberlas perdido gracias a un acuerdo con todos los partidos menos con el ganador, el PP, y con Vox, acuerdo que incluía insólitas concesiones al independentismo como la amnistía, el uso del catalán en el Congreso o el compromiso de defender su oficialidad en la Unión Europea. Unas medidas a las que hasta ese momento se había opuesto vehementemente. Y por último, el verse acechado por numerosos escándalos de presunta corrupción que afectan a su entorno personal más cercano -su esposa y su hermano- y a algunos de sus más estrechos colaboradores políticos con los que reconquistó el poder en el PSOE, como el exsecretario de organización y exministro de Fomento, José Luis Ábalos, la mano derecha de este último, Koldo García, o el actual secretario de organización del partido, Santos Cerdán.
Pese a todo, Sánchez ha logrado mantenerse en el puesto, ya lleva en él más tiempo que su predecesor y si logra expirar la legislatura será el segundo presidente con más años al frente del Gobierno, solo por detrás de Felipe González. Pero si hace siete años la atípica llegada Sánchez al Gobierno fue vista por muchos como una oportunidad de regeneración tras unos años muy convulsos políticamente por la crisis económica de 2008, por la corrupción y por el ‘procés’, fenómenos que favorecieron la emergencia de los nuevos partidos que hicieron saltar por los aires el sistema de partidos, actualmente su insólita continuidad, dadas las circunstancias, se ha convertido en una amenaza para el Estado de derecho en España por como lo está retorciendo e ignorando con el único objetivo de mantenerse. Suerte que en democracia frente a la tentación autocrática del poder queda la alternancia.
*Profesora de Ciencia Política de la UV. Miembro del comité editorial de El Periódico
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