Pequeño monaguillo

En una época en la que no se sabe muy bien lo que queda de España, emociona ver a un niño de origen vasco, gallego, extremeño y andaluz, enamorarse de la Semana Santa de Andalucía. Antes de ello, le había impactado la vida y el mensaje de Jesús, y no puede entender por qué le hicieron aquello.

Vino al mundo en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba, pero aprendió a dar sus primeros pasos en Ayamonte, al tiempo que oía las campanas de la Iglesia que alberga a la Virgen de las Angustias. Iba a visitarla cada tarde y con ella aprendió que la Fe, junto a su familia, siempre sería su mayor tesoro. Contribuyó a ello su primera maestra, Mónica, que le regaló la primera banda sonora de su vida. Cuando debió mudarse a Huelva, supo que aquel pueblo marinero siempre estaría en su corazón y que podría encontrar a Jesús y a su Madre allá donde fuere. Aquí, donde su orgullosa madre escribe estas líneas, fue la Virgen la que lo buscó a él, en una tarde de juegos con su padre. Y no se han vuelto a separar. Hoy, viernes de Dolores, un pequeño nuevo hermano de la Hermandad de la Virgen de Prado en su Dolor intentará hacer su primera penitencia, para devolverles a Jesús y a María una pequeña parte de cuanto él ha recibido.

Completamente ajeno a las atrocidades que miembros de la Iglesia Católica han cometido con niños como él, ha elegido ser ‘monaguillo’ de una Hermandad que rinde homenaje a Paco Girón, sacerdote onubense que sí entregó su vida al bien de los demás. Si hoy la lluvia se funde con tus inevitables lágrimas, Alfonsito, confía en que Jesús y la Virgen del Prado te lo agradecerán igualmente. Y, si sales a recorrer El Higueral, nosotros, como siempre, caminaremos a tu lado.

*Lingüista