Opinión | El ángulo

Manifestarse después de votar

La ciudadanía sale a expresar el rechazo por lo que han elegido

Tenemos al mundo en la calle, aquí, en Europa y el resto del mundo. Las manifestaciones autóctonas en defensa de una vivienda accesible o por la sanidad pública en Andalucía siguen el ciclo normal de la protesta, un problema enquistado en la sociedad que o bien estalla por la parálisis en las decisiones o por todo lo contrario, el giro a políticas restriccionistas en un sector tan estratégico como la salud.

La ultraderecha se manifiesta en Francia ante la inhabilitación de su líder, Marine Le Pen, como parte de la condena por malversación de fondos públicos. Salen a la calle a expresar su queja que no podrán hacer en una urna electoral porque el alma de ese movimiento queda fuera de la política institucional.

Pero hay una nueva corriente de ciudadanía, que casi recién terminado el ejercicio de su voto, sale a expresar su descontento y rechazo por lo que han elegido. No como una denuncia de gobierno ilegítimo sino de perplejidad porque lo que los candidatos anunciaron en campaña se cumple.

Sucedió con Milei, elegido presidente de Argentina con una participación electoral de más del 76%, en una campaña en la que prometió lo que hizo nada más alcanzar el gobierno. Un drástico recorte del gasto público, lo ilustraba empuñando una motosierra por si cabía alguna duda, la eliminación de los subsidios, suspender la obligatoriedad y gratuidad de la educación pública, más reformas integrales en salud y seguridad. Lo ejecutó con precisión desde el inicio del mandato ante la estupefacción de muchos, incluso organizados bajo la plataforma Arrepentidos de Milei que no daban crédito a que el candidato cumpliera con su palabra. Es curioso cómo el descrédito de la política también opera en la dirección contraria, habituados al incumplimiento de las promesas electorales se encuentran confiados en que todo forma parte de las exageraciones populistas propias de una campaña y de unos candidatos más volcados en el marketing que en el programa. Y no es así, no lo fue en Argentina, ni en el Reino Unido con el brexit, y las consecuencias fueron exactamente las que los expertos y la oposición advirtieron.

Este fin de semana miles de personas se manifestaron, en más de 1.200 ciudades estadounidenses, bajo el lema Hands Off, para protestar contra las políticas de Donald Trump, que lleva tres meses en el cargo, cinco desde que ganó con una participación electoral del 67%, y el apoyo los multimillonarios tecnológicos que están viendo sus acciones desplomarse. No engañó a nadie esta vez, y aun así pensaron que no sería para tanto, que el sistema lo podría embridar. Despierta el Capitán América, pero a posteriori.

*Politóloga

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