Opinión | LA VIDA POR ESCRITO

CÓRDOBA

Mi gemelo digital

La tecnología consiste en transformar la realidad en nuestro propio interés. Imagínese un clon virtual de algo real, pero no solo una simple copia, sino una versión digital que aprende, predice y simula comportamientos en tiempo real. Eso es un gemelo digital. En esencia, supone refinar la imaginación del cerebro humano para prever acciones antes de ejecutarlas en el mundo físico, un eco de lo que hacían los cazadores prehistóricos al practicar con lanzas y flechas sobre bisontes pintados en las paredes de una cueva.

La idea nació en la NASA en los años 70, cuando crearon una réplica virtual de los módulos espaciales del Apolo 13 para resolver problemas desde la Tierra sin arriesgar a los astronautas. Desde entonces, el concepto ha evolucionado y hoy se usa en casi todo. Por ejemplo, empresas como Tesla crean gemelos digitales de sus coches para analizar el rendimiento en tiempo real y detectar fallos antes de que ocurran. En ciudades inteligentes, los gemelos digitales simulan el tráfico, el consumo energético y hasta los efectos del cambio climático para mejorar la planificación urbana. La industria del entretenimiento usa este concepto en los videojuegos y el cine para crear simulaciones hiperrealistas de personajes y entornos.

En el ámbito de la medicina también está creciendo el uso de los gemelos digitales. En neurología, el proyecto Human Brain Project utiliza gemelos digitales para modelar redes neuronales con más de 80 millones de conexiones virtuales, facilitando avances en el diagnóstico precoz de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. En el campo de la oncología, el Centro de Investigación del Cáncer de Cambridge ha desarrollado gemelos digitales de tumores que integran datos genómicos y de imagen, simulando el crecimiento tumoral con una resolución de hasta 1 milímetro cúbico. Esto permite predecir la respuesta a quimioterapias específicas con una exactitud del 85%, reduciendo ensayos clínicos fallidos. En ortopedia, la Universidad de Stanford emplea gemelos digitales de articulaciones para simular el desgaste óseo, optimizando el diseño de prótesis. Además, en nefrología, investigadores de la Universidad de Oxford han modelado riñones virtuales que permiten ajustar tratamientos de diálisis con mayor precisión y reducir las complicaciones.

Más cerca de nosotros y más reciente es el siguiente ejemplo. Un equipo de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), en colaboración con el Hospital Gregorio Marañón y otras instituciones europeas, ha desarrollado un innovador método para mejorar el diagnóstico y tratamiento de arritmias cardíacas. Su sistema combina imágenes electrocardiográficas con gemelos digitales del corazón, con lo que logra una precisión sin precedentes en la localización del origen de las arritmias del corazón. Este avance reduce significativamente los errores de diagnóstico frente a las técnicas convencionales. Además, el grupo lidera el proyecto EPICA+, que busca integrar inteligencia artificial y modelado computacional para ampliar la aplicación de esta tecnología y optimizar el tratamiento de las arritmias.

En esencia, un gemelo digital permite analizar y optimizar sistemas complejos antes de cualquier intervención en la realidad. Su capacidad para integrar datos en tiempo real lo convierte en una herramienta clave en la era de la digitalización. Desde su concepción en la NASA hasta su adopción global, los gemelos digitales demuestran cómo la tecnología puede anticiparse al futuro, transformando la manera en que observamos, entendemos, y transformamos el mundo para navegar sobre sus turbulentas aguas de la manera más inteligente.

No nos vendría mal uno. Lo malo es que luego mi gemelo digital despierte y quiera independizarse de mí.

*Profesor de la UCO

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