Opinión | El ángulo

La política previsible

Es difícil seguir la actualidad mientras nos tomen por tontos

Todas las espitas se han disparado tal como se preveía, echas un anzuelo y se enganchan los que sabías que iban a hacerlo y los que no. Visto el titular sobre un manifiesto firmado por intelectuales y políticos en contra de los actos de conmemoración por la muerte del dictador, no me he ido ni de un nombre de los que estaban ahí. No es que yo sea especialmente lista, ya lo saben si me vienen leyendo, pero este mundo que se empeñan en dividir en dos en cualquier frente, coloca a unos de un bando frente a otros, más la «mayoría silenciosa» que diría Rajoy que o no quiere o no sabe o le da pereza posicionarse por los programas de la tele, por la gestión de la dana o por la llegada de Trump.

Porque todo se mide así, lo transcendental y lo anecdótico, en términos de bueno o malo, mío o tuyo. En este infantilismo que ha hecho de las influencers estrellas mediáticas y de los cargos públicos aspirantes a influencer. Esta vida hiperconectada, que mueve a multitudes que nos llevan, nos traen y nos arrastran, sin tiempo para pararnos a pensar, a defender un criterio propio. Esta no vida propia y en la que la sensación real está permanentemente relativizada, debería hacernos detener unos minutos. No podemos ir a buscar a capazos a niños y mujeres a Ucrania en un arranque emocional al comienzo de la invasión rusa, llenar Paiporta de jóvenes con cubos y fregonas creyendo que van a salvar el mundo en su tiempo libre mientras dejan constancia gráfica en todas las redes porque el pueblo salva al pueblo. Este impulso emocional también opera hacia la barbarie, y a jalear a un muñeco ahorcado que representa a Pedro Sánchez en la calle Ferraz. Es muy difícil seguir con apasionamiento la actualidad, mientras nos traten como seres incapaces, ya no es solo la desinformación, el cambio de opinión, la utilización de cualquier argumento para el rédito partidista, es que nos toman por tontos. ¿Habremos dado alguna señal de nuestra estupidez y además les funciona? Estoy empezando a pensar que sí o que en el fondo pasamos lamentablemente de todo esto, y ellos no se han dado cuenta. Pero no nos hagan dudar de obviedades, Franco fue malo, las alarmas en Valencia fueron muy tarde, el Estado existe y funciona razonablemente, y la democracia es buena, lo mejor de lo conocido hasta ahora.

Esperemos que resista a las amenazas de las grandes tecnológicas, del neoautoritarismo y de nuestra propia desafección.

*Politóloga

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