Opinión | Escenario

Reyes Magos

El amanecer espacial del Concierto de Año Nuevo

Durante las últimas semanas he mantenido varias veces la misma conversación con mi nieto Javier, que tiene cuatro años: «Javier, ¿qué quieres que les pida a los Reyes Magos para ti?», obteniendo siempre la misma respuesta: «Que me traigan lo que quieran». «Bueno -decía yo para provocarle- entonces les pediré calcetines». «No quiero calcetines»-me contestaba casi enfadado. Y yo: «¿Pero no has dicho que te traigan lo que ellos quieran?». «Sí -zanjaba la cuestión con lógica aplastante- lo que ellos quieran, no lo que quieras tú». Entonces yo cambiaba el tercio y trataba de utilizar la vía afectiva: «Es que tienes que comprender que los Reyes son muy mayores y hay que ayudarles un poco para que no tengan que marearse». Pero Javier no se dejaba manipular, porque la fe mueve montañas y él tiene una fe ciega en los Reyes Magos: «Que no, abuela, que no se lían, porque son Magos». Y yo, volviendo a la carga, insistía: «Pero tienen que hacer un viaje muy largo y vendrán cansados». «¡Cómo van a cansarse -concluía él- si vienen en camello!». Ahí ya me di por vencida, porque claro, cómo van a compararse un avión o un tren de alta velocidad con un camello. Como no pude averiguar nada, desistí de continuar con las indagaciones y lo dejé todo en manos de los Reyes, como mi nieto quería. Así que espero que hayan acertado. Aquí está el paquete.

Porque no siempre aciertan. No hay más que ver las devoluciones masivas que se producen en cuanto se abren los comercios. Así que, diga Javier lo que diga, a los Reyes habría que orientarlos, por lo menos en cuanto a los libros que ya hemos leído, a las tallas de ropa y zapatos y a sus colores, e incluso recordarles los perfumes que nos gustan. ¿Es que de un año para otro se les olvida? Aunque es evidente que las devoluciones mezcladas con las rebajas componen un cóctel explosivo y un objeto de diversión más. ¡Como si no hubiéramos tenido bastantes diversiones, ahora toca hurgar en los montones de las ofertas hasta encontrar la verdadera ganga!

Aunque los Reyes, que por algo son Magos, están cada vez más imaginativos. Enumero unos cuantos regalos que hoy habrán recibido algunos amigos y amigas: un año de gimnasio -esto puede tomarse como indirecta- un viaje, un curso de inglés, un curso de sevillanas y hasta dinerito contante y sonante... La cuesta de enero no nos la quita nadie y, con la subida de precios, vamos a tener cuesta en febrero en marzo y en todos los meses del año. Lo primero es recoger el nacimiento y el árbol, las velas y las decoraciones nevadas, que fuera de tiempo, son fuente de nostalgia y melancolía.

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