Opinión | El cuerpo en guerra

La traca final

Maggie Smith dice que la mayor parte de los textos comienzan con una pregunta sin respuesta. No sé muy bien si este lo hace con: ¿cómo cerrar tu año en paz contigo misma? o ¿qué te impide disfrutar intensamente de los días que le restan sin renunciar a tu esencia? Intento dar una respuesta a ellas que sea útil para ti, usar mi material (lo bueno y toda la mierda) para llegar a ese lugar de luz donde alcanzamos las verdades, porque creo que puedo hacerlo y que, a su vez, eso te sirva.

Este año me he empeñado en sacar la alegría que subyace hasta debajo de las rocas pesadas de la conciencia y hacer muchas cosas todo el rato. Si me mantenía ocupada y en movimiento, no tendría espacio para venirme abajo. Además, me mantendría en continuo aprendizaje. Y qué mejor estado que alegre y aprendiendo. Y es agotador, tanto que me exige ahora tomarme algo de calma, tiempo para mí, para digerir todo lo pasado. Y ello ha eclosionado justo mientras disfrutaba de la serie Los años nuevos y el libro Podrías hacer de esto algo bonito, de Maggie Smith.

Siento que Los años nuevos es un espejo de mi relación con mi exmarido, desde el «me vuelves loca» al «me aburro» y «ya no quieres a la versión de mí que soy», a medio camino entre los 30 y los 40, esa década en la que se abren precipicios bajo tus pies a cada momento. Su evolución es la de mi relación de pareja, en realidad la de cualquiera: ninguno somos tan especiales y únicos como pensamos.

En cada capítulo, los vemos en la Nochevieja y el día de Año nuevo a lo largo de esta década peligrosa en la que se suelen colocar los cimientos de lo que vendrá (sabiendo que todo puede explotar por los aires en cualquier momento). La recomiendo, no sólo porque recoja el espíritu de la traca final propia de estas fechas de recapitulaciones y listas y lo acompañe con una banda sonora indie exquisita, sino por el cuidado de los detalles al mostrar lo que supone vivir en pareja, para bien y para mal. Creo que de lo que vemos en ella también podemos hacer algo útil, como plantea Maggie.

En su libro aborda lo que ha supuesto su divorcio y el desmembramiento de su familia y, con ello, la destrucción de una parte de sí misma porque «el divorcio es como el big bang, no un acontecimiento aislado con sus consecuencias sino un proceso en marcha, un vertido, un desbordamiento, una expansión.» A cada palabra que leo siento... que sano un poquito más, que estoy más cerca de la nueva versión de mí misma que he cuidado y abonado con tanto cariño y alegría a lo largo de este año, del que rasco los últimos vestigios para transformarlos en una gran manta que me abrigue ahora que el invierno está aquí y me abrace con la paz que sólo puede alcanzar una consigo misma.

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