Opinión | Punto y coma

‘Hasta que no..., no’

Es frecuente encontrar errores en las estructuras gramaticales construidas por personas instruidas. No es objetivo de este artículo atacar, sino describir lo que detectamos en un continuo ejercicio de atenta observación. Y es que ‘hasta que llega la noche’, no dejamos de analizar y reflexionar sobre los fenómenos registrados.

En una lista de pares, quienes hicieran aquel añorado COU identificarían como correcta la construcción ‘Es de noche hasta que amanece’, frente a ‘Es de día hasta que no anochece’, pues, a partir de este segundo caso, marcado deliberadamente con asterisco, se inferiría que ‘siempre será de día’, pues ‘nunca anochecerá’. Asimismo, sería acertado afirmar que es incorrecto expresar ‘No es de día hasta que no amanece’, frente a ‘No es de día hasta que amanece’, pues, en la primera construcción, sería de día cuando no amaneciese, es decir, de noche. Invirtiendo el orden de este tipo de estructuras, en ‘Hasta que no amanece, no es de día’ sobraría la primera negación, pues, de lo contrario, nunca amanecería. Sin embargo, sí volverá a salir el Sol en este país, aunque se niegue mil veces, si el usuario de la lengua expresa que ‘Mientras no amanece, no es de día’, pues ‘mientras no’ difiere en forma y contenido de ‘hasta que (no)’.

‘Hasta que’, ‘hasta que no’, o bien ‘mientras’, ‘mientras no’: son pares complejos, pero de desentrañamiento necesario, si se quiere dar un paso al frente y demostrar el compromiso con el uso de una lengua que sirve de medio de comunicación a más de 599 millones de hablantes. ‘Hasta que’ o ‘mientras no’ se den cuenta de la importancia de la cifra, no dejarán de hacer el ridículo. n

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