Opinión | Tribuna abierta

La pobreza de todos

Mi alquiler me hunde en la pobreza y enriquece a mi casero, dicen desde los sindicatos de inquilinos. Todos los estudios corroboran una realidad: el mercado de la vivienda dispara la desigualdad social. La renta media anual de los hogares que reciben ingresos por alquiler duplica la de los hogares de los que alquilan. Un reciente estudio señala que el 48% de los inquilinos en Barcelona quedan en situación de pobreza severa relativa tras el pago del alquiler. Aunque la mayoría de los caseros son pequeños propietarios, es imposible desligar el impacto de los grandes tenedores. Su capacidad para burlar la legalidad agita el mercado convirtiéndolo en el templo de la avaricia.

Pasearse por los portales inmobiliarios mueve a la desolación y a la rabia. Familias obligadas a practicar recortes drásticos en el consumo que repercute en la caja de tantos negocios y, al fin, en las arcas públicas. Niños soportando situaciones límites que lastran su progreso escolar y -por resonancia- el de su clase y su escuela. Aumento de las enfermedades ligadas a las infraviviendas. El dinero que enriquece las cuentas bien nutridas de los grandes tenedores redunda en la pobreza de todos.

En el agujero negro que supone el pago de ese alquiler desesperado, se escurren los derechos, las libertades, la credibilidad de las instituciones y algo peor. ¿De qué sirven los políticos -la democracia- si no hay horizonte de bienestar?, se pregunta el desengañado. En paralelo, una colosal maquinaria de bulos populistas criminaliza la agonía de los inquilinos.

Por mucho que se cumplan las intenciones de edificación de vivienda pública, transcurrirán años hasta que puedan palparse los resultados. Mientras, hay que inventar mil maneras de romper la vorágine actual. Barcelona tratará de regular los alquileres de temporada mediante un veto urbanístico. Bruselas gestionará las viviendas vacías de forma injustificada para ofrecerlas en alquiler social. Si las vidas de tantos se tambalean, que también lo hagan los cimientos de la especulación.

*Escritora

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