Opinión | Verdiales
Quererse
Es muy difícil demostrar el acoso. Es muy difícil demostrar el maltrato. Es muy difícil demostrar el abuso. Es muy difícil demostrar la violación. Pero qué fácil e impune es hacer eso, y qué terriblemente doloroso tiene que ser sufrirlo. Me refiero a su evidencia en el transcurso de un proceso judicial, pues la ley solo entiende de pruebas físicas, únicamente ve los daños que sufre el cuerpo como entidad anatómica, forense. La Justicia repara en lo que se ve, no en la violencia invisible, perpetrada con la misma maldad que la que provoca hematomas pero cuyas cicatrices permanecen ocultas, salvo para quien las tiene. Si tienes la desgracia de ser parte, víctima, de una vejación de esas características, ocasional o duradera, anclada en ese tiempo que pese a transcurrir parece no pasar, lo escucharás, llegado el momento. «Ya, pero es que demostrar el acoso es muy difícil en un juicio», te dirán, incluso tu abogado, puede que algún familiar, hasta amigos y compañeros de trabajo. Su objetivo no es quitarte la razón. Estás cargada de ella, en ti pesa casi tanto como la anulación y la extorsión a las que vives sometida, lo saben, te han visto, sufrir, rabiar, llorar, estremecerte, temblar ante su presencia o la mera posibilidad de ella. Lo hacen porque creen que, de ese modo, te protegen, no quieren que sufras, más, que te expongas, más, que te decepciones, más, que te derrumbes, más, que ya no puedas seguir en pie, más, que decidas quitarte de en medio, ahorrarle a él ese último crimen cuando el juez lo exculpe ante la ausencia de pruebas evidentes. Su intención es buena, supongo, pero se equivocan. Lo escribo con la certeza de que desde fuera las cosas se ven, y se sienten, con esa distancia que deforma las emociones y te hace invulnerable. Ser y sufrir como víctima, estar en su lugar, en ese cuerpo repleto de cicatrices, visibles e invisibles, solo eso cuenta, solo ellas saben lo que se siente. Y desde esa posición deben decidir, sin presiones ni consejos bienintencionados, acompañadas.
En ese lugar coloca Alauda Ruiz de Azúa a la protagonista de la serie Querer. Es una de las cineastas españolas más sensibles a la fragilidad de la vida. Lo demostró con Cinco lobitos, su anterior película, aunque aquel suelo, el de las relaciones entre padres e hijos, era más firme, pese a resquebrajarse tanto, siempre. En esta ocasión, retrata la violencia continuada, el acoso sexual, el maltrato psicológico y las reiteradas violaciones que, durante 30 años, Miren ha sufrido en el seno de un matrimonio tradicional, de clase alta bilbaína. Hasta que, gracias al avance de una sociedad que decide decir no es no, y legislarlo, se reconoce en el papel de víctima e identifica a su agresor. La denuncia es el paso siguiente, y ella lo da, aunque en una soledad casi absoluta. Solo su hijo menor la apoya, con los matices de su edad, universitaria. Todos los demás le dan la espalda, sus supuestos amigos, su familia política, está loca, dicen, está mal, medicada, es la depresión, siempre ha sido una histérica, argumentan, despreciando la salud mental para ignorar una realidad que no puede arruinar la suya propia. Pero Miren decide seguir. Opta por quererse, después de tres décadas sin recibir amor. El veredicto es la parte menos feliz de una historia que hemos vivido, más o menos cerca, que seguimos viviendo, e invisibilizando. Dejemos de normalizar comportamientos infames. No es un mandato, es una prescripción.
*Periodista y escritora
- Primeras palabras de 'El Cordobés' sobre la separación de Virginia Trocolis: 'Ahora estoy con...
- Rechaza a una soltera de Córdoba en 'First Dates' y esta lo pone en su sitio: 'Necesita alguien como su madre
- Incendio en el Parque Figueroa: dos evacuados al hospital y un bloque desalojado por el humo
- Doscientos perros, cien gatos y una cabra enana
- El pueblo de Córdoba al que hicieron famoso los 'malos': la historia de los ladrones más populares
- El grito de auxilio de Ana María Aldón tras dejar la televisión: 'Me despierto a las cuatro de la mañana, estoy desesperada
- Las tres noticias más importantes de la mañana en Córdoba
- Comienza el mercado temático de Córdoba con 150 puestos y la mirada puesta en el cielo