Opinión | Todas direcciones

Un amigo

Invisible. Este año se ha vuelto invisible. Este año ya no le dicen Superpanza, ni se ponen a su lado a hacer el ruido que hacen los cerdos como diciendo que es un cerdo, ni se tapan la nariz cuando pasan cerca de él, ni le tiran bolas de papel de aluminio como cuando Rubén el de las mechas contaba tres, dos, uno y todos lo obedecían. Este año no salen corriendo como locos gritando «¡peste porcina!» si coinciden con él en servicio. Este año no hay memes con su cara rulando por todas partes. La jefa de Estudios les dijo a sus padres y a él que todo aquello se iba a acabar como que ella se llamaba Mari Carmen y todo aquello se acabó. Estuvo la Policía y todo. Le pidieron perdón.

Este año simplemente hacen como si no existiera. Ellos y casi todo el mundo. Los de su clase pasan de él. Nadie en el patio le dirige la palabra ni parece reparar en su presencia. Así un día tras otro, un día tras otro. El psicólogo le enseñó trucos para integrarse pero los trucos del psicólogo no funcionan en la vida real. Tampoco el de las pastillitas Smint que se inventó él, ¿queréis una, son de menta? Ha adquirido sin desearlo el don de la invisibilidad. Un superpoder que no le sirve para nada.

Pero hoy alguien lo ha visto y se ha sentado a su lado y le ha dicho cómo te llamas. Uno más grande que él. Uno que llegó hace unos días al instituto y que también es invisible. Uno que dicen que es rumano y que huele como a candela. Uno que está solo siempre porque se ve que tampoco le funcionan los trucos de su psicólogo. El caso es que le ha preguntado que si quería echar una partida de pimpón. A él lo ha pillado eso tan de sorpresa que ha dicho que no muy flojito y luego que sí, que vale, ¿cómo te llamas tú? El caso es que han esperado el turno del pimpón muy serios, sin hablar, y que luego han estado jugando un buen rato hasta que ha tocado el timbre. El caso es que al final del recreo se han chocado la mano muy fuerte, como se la chocan los que no son invisibles, mañana otra vez, ¿vale? El caso es que hoy no ha llegado a su casa con la cara mustia y no se ha metido en el cuarto directamente en busca del móvil. El caso es que hoy ha entrado en la cocina y ha dicho que huele muy bien: huele genial, mami, hoy he jugado al pimpón en el recreo... ¿con quién va a ser?, con un amigo.

El caso es que su madre por fin ha sonreído cuando el niño ha vuelto del instituto. El caso es que por un instante, después de tanto tiempo, la mujer ha notado que se deshacía el nudo en el estómago.

*Profesor

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