Opinión | Tribuna

¿Por qué Puigdemont reta ahora a Sánchez con una moción de confianza?

Nada nuevo en el último movimiento de Carles Puigdemont desde Bruselas. Pide algo que no tiene capacidad de conseguir: la moción de confianza solo la puede solicitar el presidentde del Gobierno. Ya le han dicho que no. Pero busca una fórmula alambicada a través de una proposición no de ley que difícilmente se llegará a tramitar en el Congreso, pero que le permitiría votar junto al PP contra Sánchez sin hacer presidente a Feijóo.

Todo a su mayor gloria. Narcisismo del bueno y unos cuantos días en las portadas. Porque de otra manera no sale. El Congreso está semiparado o en temas en los que Junts no tiene foco como la DANA. El mundo le mirará, aunque no haga nada, o se limite a gesticular. Una espiral que si no encuentra freno puede acabar como el 1-O.

Con todo, Pedro Sánchez se ha ganado a pulso el gesto del dirigente independentista. El resto de socios, y algunos colegas de partido, comparten esa desesperación con el presidente del Gobierno. Como buen jugador de baloncesto, apura hasta la bocina. Siempre, cuando hace falta y cuando no hace falta. Y tensa las costuras de los plazos y de los procedimientos para sacar la ventaja del rival con los brazos caídos.

De hecho, con su manual de resistencia ha convertido esta manera de hacer en doctrina política. Y la impotencia ha llevado a Puigdemont a forzar una falta personal con pocas posibilidades de salir adelante. Pero con la intención de ganar protagonismo cuando no se lo quieren dar. Mientras, el mundo se mueve a una velocidad vertiginosa y los triples sobre la bocina dan alas a Vox. Es lo que hay. 

*Periodista

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