Entrecabritos

Hablar de la España vaciada es aludir a un elevado riesgo de desertización, evocar pequeños pueblos que ven caer con nostalgia la lluvia amarilla. Existen ya demasiados en Aragón y podrían ser muchos más si algunas valientes mujeres no pusieran tanto ahínco en impedirlo a costa de un gran esfuerzo, trabajo y... fructíferas ideas.

En Torralba de Sisones, afable núcleo de secular tradición ganadera acunado por el canto de las grullas, Marta Martín y Óscar Paz regentan su explotación, pionera en cuanto a la exploración de las posibilidades que brinda su índole vanguardista: apuesta por la sostenibilidad cuya singularidad reside en la fusión de añejas prácticas de pastoreo con novedosas fórmulas de desarrollo empresarial, a tono con las alternativas y recursos que caracterizan a los proyectos de máxima actualidad. A orillas de la laguna de Gallocanta, Marta apacienta con criterios puramente ecológicos un rebaño de más de 600 cabras, vigilado con la ayuda de dos mastines y dos canes de chira, todos ellos de raza aragonesa; el pasto es natural, propio del territorio, complementado cuando es necesario con una pequeña recolección de alfalfa; sin duda, una notable aportación a la limpieza del monte y a la lucha contra los incendios forestales.

Su empresa, Entrecabritos, describe a través de una página en internet los puntos cardinales de esta iniciativa a lo largo de toda la cadena productiva, la cual también incluye experiencias gastronómicas y un programa de visitas turísticas, así como las pautas relativas a la preparación, envasado al vacío y transporte de los elaborados cárnicos que generan. Una trayectoria por la que Marta ha sido recientemente reconocida con un preciado galardón: Premio Nacional de Excelencia en la Innovación para Mujeres Rurales, otorgado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

*Escritora

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