Opinión | Miscelánea

Recordando a José Luis Blasco

En esta época de grandes cambios uno puede preocuparse demasiado por lo que se acaba o bien obsesionarse demasiado con lo que parece empezar.

En ambos casos se pierde el contacto con el presente y con sus posibilidades oscuras pero dinámicas. Lo que importa en ese momento es la apertura, la disposición y atención, la valentía para hacer frente al peligro. Así le ha sucedido a José Luis Blasco tras jubilarse anticipadamente por enfermedad. No sabía exactamente lo que le sucedía ni hacia dónde se encaminada su vida. Reconoció las posibilidades que le ofrecía su jubilación anticipada, los desafíos de su presente que abrazó con valentía, con fe y con esperanza. Ha dedicado tiempo a ayudar a otros y ha publicado su curioso Vocaburlario.

Le conocí en 1984 en La Voz y luego en el Diario Córdoba. No tuvo miedo al cambio tecnológico profundo que sufrió el sector editor de prensa escrita como no le ha asustado su enfermedad. José Luis se ha conservado en cohesión consigo mismo. No se ha fracturado. Durante su enfermedad continúo siendo creativo, capaz de una amplia comprensión y amor a quienes tenía en su entorno.

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