Opinión | Igualdad

Roro cocina a Pablo

Emula a las esposas de la década de los años cincuenta del siglo pasado

A estas alturas de la película casi todo el mundo conoce a Roro Bueno, la famosa ‘influencer’ que cocina a Pablo construyendo sus platos prácticamente desde cero. Sus vídeos son completamente adictivos, por la complejidad de las recetas y por la edición, que es bastante superior a la de muchas ‘influencers’. Con su voz aniñada y sus 5,7 millones de seguidores ha hecho explotar la cabeza a las feministas de todo el mundo. Reconozco que soy una de ellas. Sus vídeos se basan en la tendencia ‘traditional wife’ o ‘tradwife’, que promueve un estilo de vida que emula a las esposas de la década de los años cincuenta del siglo pasado, dedicadas exclusivamente a las labores del hogar y al cuidado de su familia.

Hay que poner el foco en la palabra exclusividad. Una ama de casa, que depende económicamente de su marido y que no hace nada más que cocinar y limpiar, nada tiene que ver con la exitosa Roro Bueno. Una mujer que es independiente económicamente, que ha montado un imperio de la nada y que se está forrando con sus vídeos.

Si alguien tiene que sufrir en esta relación creo que es Pablo, el novio que no hace ni aporta nada. Lo más triste es que los machistas le alaben y envidien solo por el hecho de que tiene una mujer dispuesta a hacerlo todo por él. ¿No se dan cuenta de que es al revés? Pablo está en segundo plano, tiene mucho menos talento que Roro y sabe qué papel juega en esta aventura. En ese sentido, lo aplaudo. No se siente acomplejado y la acompaña en su aventura. Todo sería ideal si no fuera porque, de alguna forma, la cuenta de Roro idealiza el rol de la mujer limitada al ámbito doméstico. Pero vuelvo a lo mío y os digo que nada tiene que ver Roro con una ama de casa sometida. Creo que lo está haciendo muy bien.

Mostrando una imagen no normativa, alejada de la ‘influencer’ filtrada. Al final se trata de eso, de hacer las cosas de una forma distinta a como lo hacen las demás. Y aunque yo no haría este contenido ni harta de vino, no puedo hacer más que aplaudir a la joven ‘influencer’. Sí amigas, se llama sororidad: vuestro éxito es mi éxito. Y por muchos Pablos que sepan estar en segundo lugar sin sentirse acomplejados. Veremos cuánto duran.

*Periodista

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