Opinión | Artículos de broma

Burka para la voz de mujer

En Afganistán, la voz femenina es el nuevo límite del cuerpo de la mujer y le quieren poner el burka del silencio. El Ministerio del Vicio y la Virtud quiere eliminar la voz de las mujeres del sonido público. El silencio público femenino es virtud y el ministerio de Justicia puede advertir a una mujer afgana que se expone a un castigo divino, amenazarla, confiscarle los bienes, detenerla de una hora a tres días de cárcel y castigarla como mejor considere por el vicio de cantar, recitar o hablar fuera del ámbito privado. El problema es la voz, no la palabra. Si se pasara un discurso de Haibatulá Ajundzadá, que preside esta teocracia, por un programa de Inteligencia Artificial que convirtiera su voz en femenina rechazarían oírle.

Las mujeres perturban mucho a los talibán -los estudiantes del Corán- cuya sexualidad pervertida controla el país. En el control inspirado por la sexualidad hay grados. En la España nacionalcatólica se imponía el velo para rezar y hay escritos sacerdotales sobre los peinados femeninos que dan risa nerviosa -la que tiene más de miedo de humor- como el que decía que la cola de caballo de las chicas inducía a la masturbación masculina. Los mayores entendemos el hiyab con más práctica y menos teoría que los jóvenes.

En Afganistán también hay un ministerio de Turismo que quiere visitantes. CNN informa de viajeros fascinados, entre ellos una británica que se sintió segura, en general, y particularmente protegida por un guía turístico y una estadounidense que se notó muy respetada, fuera de unos problemas de libertad de movimientos para ella y las afganas que trató. Afganistán puede ser un buen destino de turismo de género degenerado, para personas interesadas en países y paisajes y desinteresadas en paisanajes y para misóginos que encontrarán allí el paraíso machista en la Tierra con mujeres como muñecas dentro de la caja del burka que están mejor calladas en público. Charter de foromachos destino Kabul.

*Periodista

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