Opinión | Escenario

Quilombos

Tenemos la cabeza llena de ellos: la casa, la familia, el trabajo, la salud...

‘Granizo’ es el nombre de una película argentina de 2022, dirigida por Marcos Carnevale y protagonizada por Guillermo Francella, cuyas críticas han sido bastante controvertidas. Un meteorólogo de televisión, Miguel Flores, famoso y adorado por el público, se equivoca en sus predicciones: en vez del buen tiempo prometido, cae una enorme granizada que destroza coches, casas y árboles. Cae en desgracia y se convierte en un ser odiado. Pierde su trabajo y huye de Buenos Aires a su ciudad natal que, miren por dónde, es Córdoba (Argentina). Allí conoce a un hombre de campo que vive sencillamente y alejado de los focos, pero capaz de pronosticar el tiempo con toda exactitud... Esta introducción sólo viene al caso para decir que a lo largo de toda la película se oye varias veces la palabra quilombo, de la que remotamente yo recordaba haberla oído alguna vez y cuyo significado en esta ocasión puede comprenderse perfectamente a través del contexto.

El diccionario, al que acudimos por obligación, como hispanohablantes que somos, dice que es una palabra de origen africano y que tiene tres acepciones: 1. En Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, significa prostíbulo. 2. En Argentina, Bolivia, Honduras, Paraguay y Uruguay, vulgarmente, lío, barullo, gresca y desorden. 3. En Venezuela, lugar apartado y de difícil a acceso, andurrial. Como no es nuestra intención aquí hablar de burdeles o lupanares y, mucho menos de parajes extraviados o fuera de camino, nos quedamos con la segunda acepción, es decir, lío, barullo, gresca y desorden.

En la película se utiliza en ese sentido, pero especialmente haciendo alusión al embrollo y la confusión que cada cual tenga en la cabeza, al enredo y al revoltijo de las ideas, al jaleo de la riña entre unas y otras y a los desbarajustes capaces de alterar nuestra tranquilidad. Así justifican la necesidad de programas intrascendentes que serenen y distraigan -eso dicen en la película- a los telespectadores. Justamente lo que necesitamos ahora que estamos encarando la última semana de agosto y las vacaciones, si es que las hemos tenido, empiezan a ser un recuerdo. Y se nos viene encima septiembre, con su correspondiente vuelta al cole y a la vida normal, si es que ya la vida puede llegar a ser normal en algún momento. Así que tenemos la cabeza llena de quilombos: la casa, la familia, el trabajo, la salud... El calor, siempre el calor. Sin entrar en temas económicos: llenar el frigorífico, hipotecas, tarjetas, electrodomésticos averiados... Porque solemos hablar de la cuesta de enero, pero ¿dónde me dejan la de septiembre? ¡Menudos quilombos nos esperan!

*Académica

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