Un gag de los Monty Python

Cuando vi las imágenes pensé enseguida que era una broma o falsedad, una escena robada de otro momento que no correspondía al miércoles 5 de junio de 2024. O incluso llegué a imaginar que era una acción teatral. De hecho, sí que era teatro.

274 paracaidistas británicos caen del cielo sobre Sannerville, cerca de Caen, en un descampado. Son parte de la fiesta, conmemoran el aniversario del día siguiente, 80 años del desembarco de Normandía. En tierra, una aduana móvil francesa les espera para pasar el trámite administrativo impuesto por el Brexit desde que Gran Bretaña ya no es espacio Schengen. Recogen la tela de los paracaídas, caminan en fila hacia los gendarmes, sacan del uniforme de guerra una bolsa de plástico donde han guardado el pasaporte y lo enseñan a las autoridades.

Como escribió Le Figaro, «bajo el fuego alemán, hace 80 años, los paracaidistas de entonces no llevaban ningún pasaporte para enseñar a los nazis». Tampoco lo deben llevar habitualmente, estos soldados, cuando saltan del avión. Lo tienen preparado porque ya sabían que los franceses se lo pedirían. Es decir, teatro. Como todo estaba programado, igual hubieran podido pasar el trámite aduanero antes de saltar. Pero no. Era necesaria la puesta en escena ridícula. Como un gag de los Monty Python.

La carga emocional de las conmemoraciones se diluye ahora ante la burocracia revestida de chiste y absurdidad. Quizá no era la intención, pero la simpática aduana móvil de los paracaidistas es la metáfora más explícita de una Europa desmembrada, inerte, sometida a los protocolos, exánime, sin conciencia histórica. El triunfo de la instancia gris y del tampón estampado por encima de la consistencia de una común y beligerante alma democrática.

*Escritor

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