Opinión | Tribuna abierta

De museos y tasa turística

Desde hace muchos años me despierto con las noticias de la radio. Se ha convertido en una costumbre tan arraigada que nunca había pensado que pudiera ser peligrosa. Ahora sé que en ese proceso en el que transitas entre el sueño y la vigilia, que es como hacerlo entre la ficción y la realidad, pueden mezclarse los dos mundos y se corre el riesgo de no distinguirlos. Una vez, a las siete de la mañana, llegué a creer que un famoso político había muerto y, al mediodía, lo escuché dando una rueda de prensa en directo. No se había muerto, lo había liquidado mi mente. Después de la sorpresa me alegré muchísimo de que siguiera vivo, pero no me alegré tanto de mi escaso control mental para distinguir entre contenidos oníricos y reales.

Hace unos días sufrí un episodio parecido, pero a la inversa. Dormitando escuché a nuestro presidente Juanma Moreno Bonilla decir, en una misma comparecencia, que su gobierno delegaba la aplicación de la tasa turística en Andalucía a que se pusieran de acuerdo la Confederación de Empresarios de Andalucía (los empresarios) y la Federación Andaluza de Ayuntamientos y Provincias (los alcaldes), dejando al margen a otros colectivos que, quizá, fueran más partidarios de la instauración de dicha tasa que los convocados; ya que es bien sabido que, sobre todo los empresarios, son claramente opuestos a ella. Al mismo tiempo, nuestro presidente anunciaba el cobro de entrada a todos los museos dependientes de la Junta de Andalucía donde, hasta ahora, la entrada ha sido gratuita para los ciudadanos de la comunidad económica europea.

El contraste que desprendía la simultaneidad de ambas noticias le daba un toque irreal, de algo imposible, por lo que deduje que sería una nueva trampa de mi mente en duermevela ya que, hasta el alcalde de Sevilla, del mismo partido que nuestro presidente, está de acuerdo con la necesidad de dicha tasa... ¿Y los museos dejarán de ser gratuitos? Será un precio bajo, le oí decir a Bonilla, pero ¿para quién es bajo, señor presidente? Si cobrar la entrada en un museo es una medida necesaria para su mantenimiento y su modernización, ¿no lo es una tasa que ayude al mantenimiento y conservación de los cascos históricos de nuestras ciudades y que mejore las condiciones de los trabajadores que los cuidan, conservan y, además, atienden a los turistas?

Por eso creo que no debe de ser cierto, que sigo soñando y, como para mí las iglesias son museos y los museos son iglesias, voy a acercarme al Museo Arqueológico a pensar un rato, que en mi caso es como rezar. Quizá funcione y cuando despierte haya ocurrido un milagro y oigamos decir a Juanma Moreno que se disculpa, que no lo había meditado y solo tuvo un lapsus; después, los hosteleros andaluces, que se habrán caído del caballo, considerarán que no es necesario enriquecerse en exceso, preferirán ganar menos y cuidar el patrimonio que ocupan, ese que tantos beneficios les aporta. Y para finalizar el milagro, políticos y empresarios dejarán en paz a los museos, porque habrán descubierto que son como iglesias y deben estar abiertas a todos los que las necesiten. Para rezar, para pensar.

*Psiquiatra

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