Opinión | Hoy

Amor siempre

Ella vive en una esquina desde hace no sé cuántos años. Él vive en otra esquina desde hace no sé cuántos años. Estaban separados por distancias de coches, avenidas, gentes que pasan, van y vienen, pero sin reparar nunca en ellos. Hasta ahora, ella y él sólo sabían de días de lluvia, de días de frío y de calor, siempre con el silencio de acabar cada jornada y regresar a sabe Dios qué cuarto y qué soledad oscura. Pero ahora se han enamorado; estoy seguro. No sé cómo ha sido, porque no sé cómo se han podido encontrar a través de tantas esquinas y avenidas. Pero yo sé que se han enamorado, porque los veo hablar, porque he visto a ella ir con dos cafés a la esquina de él, porque he visto a ella peinada y con pendientes. Las mañanas de este junio los coronan con el azul del cielo y el frescor de la brisa, con el ir y venir de las golondrinas. La gente sigue pasando ensimismada, sin reparar en el amor. Pero yo sé que las esquinas y las avenidas tienen alegría, inocencia y ternura. Yo, que también llevo pasando no sé cuántos años, no sé cuántos coches, no sé cuántas miradas en silencio, soy feliz en el secreto de él y ella. Sueño para ambos un poema de amor. Imagino si se habrán besado ya, si se cogerán de la mano cuando terminen de pasar el día en sus esquinas respectivas, y vayan a un jardín, a una rosa, tal vez a una pobre habitación que su amor hará feliz. Y compruebo una vez más que el amor siempre vive; como vilano misterioso, merodea por las calles, se posa en las ventanas, sube hacia las azoteas, desciende a la altura de los pobres que suplican en las avenidas. Nadie lo percibe, pero él está así siempre, desde la lejanía de las estrellas hasta las manos escondidas de un mendigo.

*Escritor

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