Opinión | ESCENARIO

El Carnaval

Apenas se han apagado las fogatas y las luces de la Candelaria, cuando nos encontramos metiendo el pie en el Carnaval, que empezará el próximo jueves, 8 --jueves lardero-- y terminará el 14, Miércoles de Ceniza y comienzo de la Cuaresma. Esta coincidencia con el Día de los Enamorados, que se celebra el 14 de febrero, también se dio en 2020 y, con anterioridad, en 1945; y volverá a darse en 2029. Dos fiestas que se superponen; una religiosa, que implica austeridad, ayuno y abstinencia; otra, profana --por muy avalada que esté por San Valentín-- que induce a la celebración y el divertimento. Pero desde el 8 hasta el 14 tenemos el Carnaval que, por oposición a la Cuaresma, es tiempo de excesos. Y de fiestas con bailes, disfraces y máscaras; en este sentido, algunos lo tienen muy fácil: sólo tendrían que quitarse la máscara que llevan habitualmente y ya estarían disfrazados. Es una idea.

Junto al Carnaval nacieron costumbres, ritos y fiestas como El entierro de la sardina, inmortalizado por Goya en su popular lienzo. Se celebraba esta fiesta el Miércoles de Ceniza y consistía en ir a enterrar con más o menos boato un monigote con figura de hombre o de mujer, y pasar el día en el campo (esto a nosotros, que no necesitamos pretextos para organizar un perol, no nos costaría el menor esfuerzo) entre comilonas, bailes y otras reminiscencias del bullicioso carnaval. El monigote se llamaba carnestolendas y se le enterraba con una sardina en la boca. Y es que cuando durante la cuaresma se comía religiosa y estrictamente de vigilia, se solía enterrar el primer día una canal de cerdo, llamada sardina --asimilando el costillar con la raspa-- para demostrar de una manera palpable que desde aquel día quedaba absolutamente prohibido comer carne: éste es el origen, hoy confundido de enterrar la sardina, poniendo una en la boca del carnestolendas.

De la Cuaresma, de San Valentín y del amor --o del desamor-- hablaremos la semana que viene, pero ahora, ya lo sabemos, tenemos que prepararnos para la diversión, teniendo en cuenta que se interponen ciertos pronósticos meteorológicos que anuncian, lluvia, viento y bajada de temperaturas. Ténganlo en cuenta para los disfraces, no vayan a terminar con neumonía. Precisamente hoy se celebra el Día Mundial del Hombre del Tiempo (¿quién hace esto de los días mundiales que no cuenta con la Mujer del Tiempo?). Consúltenlo con él. O con ella.

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