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Opinión | HOY

El don de la esperanza

Sé que tus días y tus noches transcurrirán fuera de la nochebuena. En tu ventana no hay luces de colores ni adornos navideños; sólo las estrellas lejanas te son dulces en tu noche. Permanece callada tu casa, habitada en silencio y nadie más por las habitaciones y todas las escenas que presenciaron las paredes, las sillas, los espejos. Permanece frío el rincón de la calle donde tú y tu perrillo fiel os dais calor. Permanece oscuro el cuarto donde temes que quien te maltrata venga a pegarte e incluso asesinarte. Sigues fiel, sin ilusiones, a los pies del lecho donde termina su vida la persona que siempre te ha acompañado. Tiemblas en secreto y te apagas más triste al oír los villancicos, porque esperas el resultado de unos análisis. Te pones en melancolía, en más melancolía, con otra nochebuena, porque hace tiempo que vives en el desgarro de haber estropeado un sueño, en el recuerdo del ser querido que se fue, en el abismo de desesperanza donde te deja el abandono del amor. Y oyes, muy lejos de ti, canciones, voces, la llegada del hijo que regresa a su familia, las risas de vecinos que celebran. Miras en tu corazón los anhelos y hasta te parece imposible que tú también fuiste feliz, que hubo navidades alegres en tu vida. Y callas; ahora sólo callas, en un silencio que es el silencio de mucho más silencio. Una nieve invisible cae sólo para ti. Mirando tras los visillos de tu alma, te ves en un mediodía lejos; eras joven y pensabas que tu tiempo sería así para siempre. Tus recuerdos te miran desde las fotografías, pero tú no dices nada. Caen todas tus lágrimas: las de tus ojos y las de tu corazón. Y no sabes cómo has llegado a este presente en el que la Navidad se acerca por las calles y tú no estás en ellas. Te veo y veo tu abandono. No sé decirte nada, porque cualquier cosa que te diga agitará tu herida. Pero a pesar de mi impotencia, te mando mi esperanza. No tengo nada más. Permanezco a tu lado; sé que por algún cálido misterio percibirás que alguien vive más allá de tu desolación. No te angusties; de sobra entiendo que ya no esperas nada. No te incomodes; yo esperaré por ti. Ten la certeza de que ahora mismo alguien aguarda en tu vida a que por fin llegues con tu apoyo, tu abrazo y tu sonrisa, porque el amor te pertenece siempre.

 ** Escritor

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