Anteayer cerramos un ciclo de renovación electoral que comenzó en mayo con las autonómicas y municipales, que a mediados de noviembre ha elegido un nuevo presidente del Gobierno de España, el mismo de antes, pero seguro que ni su liderazgo ni sus acciones serán las mismas que la pasada legislatura. Todo ha sido esta vez más agónico, mayoría absoluta pero ganada peldaño a peldaño, un liderazgo en la oposición con más votos que su predecesor, con más votos incluso que Pedro Sánchez, pero con el mismo lastre de siempre a su derecha, que también son menos pero todavía sobreactúan como si fueran protagonistas. Han tenido que pasar de interponer recursos ante el Tribunal Constitucional porque eran más de cincuenta a presentar una querella penal ante el Tribunal Supremo, sin que conste contra quién va dirigida y contra qué delito. La respuesta del Alto Tribunal me ha recordado al vídeo que ha recorrido las redes de dos señoras rodeadas de banderas de España preguntándose contra quién nos manifestamos hoy. Porque la tensión de las últimas semanas, también nos ha hecho descubrir a mucha gente un poco perdida, como muchos de nosotros a veces, manifestantes novatas que querían dialogar tranquilamente con los antidisturbios para que les explicará a donde tenían que ir, jóvenes de flequillo largo horrorizados porque la Policía iba contra ellos cuando intentaban destruir mobiliario urbano criados como estaban en que la calle, bueno y casi todo, era de ellos. Ha hecho visible la dicotomía de algunos que igual rezan el rosario al caer la tarde que exhiben muñecas hinchables, como en aquella película de José Luis López Vázquez, estrenada cuando sí había una dictadura, y estos jóvenes no acaban de reconocer porque no tienen donde comparar. Todos estos, los ganadores, perdedores, los humillados, los chantajistas, los patriotas, los desconcertados, porque España se nos ha llenado de adjetivos estos últimos meses, están convocados a las urnas de nuevo en mayo de 2024. En menos de seis meses empieza la campaña electoral para las elecciones europeas, de ahí que el Partido Popular Europeo, a instancia de Feijóo, haya pedido un debate sobre la ley de la amnistía en la próxima sesión plenaria del Parlamento Europeo. La pelota pasa ahora a Bruselas donde también estará esperando Puigdemont, en su último acto político que será encabezar la lista de su partido para seguir jugando en el terreno que debe jugar sin arriesgar mucho. Tercer asalto entre Feijóo y Sánchez que provocará el desempate, no tanto en votos sino en poder, que es lo que estamos tratando todo el tiempo. Para los que querían elecciones, cada vez queda menos.
