Diario Córdoba

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Isabel Agüera

mirar y ver

Isabel Agüera

Mundillos

«A poco pan y muchos comensales, halagar con la boca y morder con la cola» porque, claro, si no podemos multiplicar el pan, habrá que recurrir al procedimiento más elemental y a su vez más eficiente: dentellear con la cola al otro - que la boca bastante llena está con lisonjas y verborreas -, de forma que, bocado arriba, bocado abajo, vamos eliminando, borrando de la escena del festín, aquel o aquella que más ración, en justicia, pueda pertenecerle. Y esto es así, y sucede porque somos tan pobres de espíritu, tenemos tan poco sentido de nuestra provisionalidad en este mundo que lo único que nos mueve, que nos encandila y seduce es el mundillo donde puedan crecer, engordar y multiplicarse nuestros intereses, para los cuales nos mostramos tan solícitos y puntuales que da gusto, aunque con ello menoscabemos y hasta robemos los legítimos bocados de pan que, por derecho, hay que retribuir. ¡Cuántos mundillos a nuestro alrededor! ¡Y cuánta mezquindad en ellos! Es normal el sentido de corporativismo que se suele dar en algunas profesiones. No obstante esta actitud, patente en determinadas ocasiones de interés general, nada tiene que ver con la polilla que promueven «grupúsculos» de mucha hambre, prestos a cebarse de beneficios que no les corresponden o que le corresponden sólo en parte.

Entiendo el escepticismo reinante en gente de buena voluntad, y entiendo que, en el fondo, haya en esta postura mucho de resentimiento, traducido en un desprecio, en una indiferencia total ante quienes, metidos en mundillos, medran y dan mal trato a los que no están alineados a su clan. Hoy, en una visita al cementerio, una vez más me he ratificado en mi decisión irrevocable de toda la vida: estar fuera de mundillos para pertenecer libremente al mundo. Y un poco de escepticismo no está mal; hay que defender la dignidad, aunque el pan nuestro se lo coma otro y aunque en las fotos se repitan los cromos. ¡Y que le alimente! En aquel mundillo del cementerio, a los «comensales» se nos ofertaban escaleras y pintura; pintura y escaleras. Quien sepa pensar, que piense.

* Maestra y escritora

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