Estuve en el Ateneo de Madrid en la presentación de Felipe González del libro de Alfonso Guerra ‘La rosa y las espinas’. Alfonso relató cómo Manuel Lamarca Rosales le insistió tres años, entre 2019 y 2022, hasta conseguir entrevistarlo para el documental que luego ha ganado varios festivales internacionales. El libro es la transcripción de esas reflexiones sobre la política, la literatura y el amor, la rosa y las espinas en ese baile esquivo que también es vivir. Con esfuerzo y tesón, el cordobés Manuel Lamarca Rosales ha sido protagonista de una cita heroica en el Ateneo de Madrid, bajo los retratos de Valera, Valle, Manuel y Antonio Machado: el reencuentro público entre Felipe y Alfonso, Alfonso y Felipe, que Manuel llama con gracia los Starsky y Hutch de la política española. Con esfuerzo y tesón, arrojo y talento se levantó cuanto estos dos hombres representan: la pasión de un país reconducida a una convivencia en el derecho, con igualdad jurídica ante la ley en un estado social y democrático. Ni Felipe ni Alfonso se escondieron. Alfonso razonó que ha sido leal a todas las posiciones de su secretario general: Sánchez aseguró que no pactaría con Podemos, que perseguiría a Puigdemont, que no habría indultos y que no cabía la amnistía, y él lo siguió en todo. Luego hace lo contrario y a este PSOE, menos a García Page, le parece fantástico. Ahora se acusa a estos gigantes de ser viejos -lo que Felipe mismo recordó- y se agarrarán a cualquier clavo ardiendo para apartar el foco de sus palabras en el Ateneo. Había emoción eléctrica en el aire: se sintió en la ovación cerrada a Nicolás Redondo Terreros. Respecto a la edad, nuestro tiempo no acaba si aún podemos pronunciarnos en él. 2023 pertenece también a Alfonso y a Felipe, con sus rosas y espinas. La respuesta es atacarlos, pero sin entrar en el tema, esa enmienda a la democracia que representará la amnistía. Claro: nada pueden decir del contenido de lo que dijeron, porque todo es verdad.
* Escritor
