Me comentáis todas preocupadas y preocupados que adónde vamos a parar con esto de tantas lenguas en el Parlamento, que era lo que nos faltaba para que la gente no escuche los debates, que otro gasto más, como si estuviésemos para tirar el dinero. No os preocupéis, dignas indignadas y dignos indignados, porque nuestro maravilloso idioma español es tan versátil que abarca los idiomas que le echen. Os aseguro que, si buceáis en él, encontraréis todas las palabras de todos esos idiomas. Para tranquilizaros os ayudaré con la traducción de la expresión «debate parlamentario». Fijaos. En gallego se dice: «Niño, vaya morriña con tanto pestiño». En vascuence: «Verborrea, da piorrea, diarrea o lo que sea». En bable: «Sea amable: no hable». En aragonés: «Mañico, si vas Calatayud, pregunta por la mañica». En catalán: «La pela es la pela capicúa, y, a más a más, el caganer». En valenciano y mallorquín no hay traducción, porque de sobra saben ellos que están colonizados por el centralismo de Barcelona. En nuestro andaluz, «debate parlamentario» se dice: «Kusha kiyo, venacápacá shosho, ¿tanterao?», (¡nuestro querido andaluz!, tan charnego siempre, tan ridiculizado siempre porque dicen los estudiados que nosotros no tenemos memoria histórica niná). ¿Y en silbo canario? ¿Cómo se dice en silbo canario «debate parlamentario»? (y excusadme la cacofonía; es que tanto idioma me tiene idiotizado el idioma). Pues en silbo canario no os lo puedo transcribir ni siquiera con pinganillo. Para no dejaros a medias, lo intentaré. «Debate parlamentario» en silbo canario se podría traducir, más o menos, como: «Fius, fiusfius, fius, fius, fius». Para mí, y aquí entre nosotros, que el silbo canario debería ser el idioma oficial en nuestro Parlamento. Lo malo sería que algunas y algunos y ‘algunes’ de nuestros y de nuestras y de ‘nuestres’ parlamentarias y parlamentarios y ‘parlamenteries’ se creyesen identificadas, se creyesen identificados, se creyesen ‘identifiquedes’ como acémilas, como acémilos y como ‘acémiles’. En fin, queridas y queridos y ‘queredes’, creo que con esta explicación ya he perdido bastante el tiempo, tratando de tranquilizaros con que aquí no pasa nada. Total, vamos a seguir entregando nuestro sudor y nuestro voto a lo que nos dicten desde la torre de Babel.
* Escritor