Ni en el más desmesurado de los dislates podría imaginar el anciano cronista que los colaboradores encargados de redactar los discursos y textos del romano pontífice hubieran reparado en alguno de sus escritos periodísticos a la hora de poner negro sobre blanco el pensamiento del santo padre acerca de los asuntos más controvertidos del día.
Así es, desde luego, una simple coincidencia en la lectura o conocimiento de fuentes historiográficas muy acreditadas y solventes a la manera, ‘ad exemplum’, del insuperable ensayo del gran estudioso suizo Gonzague de Reynold, citado en varios de los artículos precedentes del arriba firmante, lo que ha podido determinar la semejanza de la muy modesta hipótesis de los susomentados textos con las recientes y tajantes afirmaciones del Papa argentino en punto a la más genuina idiosincrasia rusa, expuesta por su encendida pluma respecto al ideario cesaro-papista defendido en última instancia por el dueño actual del Kremlin, en todo identificado, según los textos pontificios, con la tradición rusa más roborante y, por ello, con muy fuerte impacto y mayor reflejo en el despliegue de su polémica política extranjera.
Y también, conforme es harto sabido --y es este otro de los fuertes vínculos del presente artículo con los que lo antecedieron en la misma temática--, la estrecha relación entre el más españolista nacionalcatolicismo de los años iniciales del franquismo con el defendido hodierno a sangre y fuego por Putin en los campos atormentados de Ucrania incita con vigor a reflexionar sobre el fenómeno español, asaz incardinado hasta el presente en coordenadas hispanas, descritas a las veces incluso con tintes folklóricos.
Por ende, no sorprende que el desconcierto se haya apoderado de comentaristas ingleses, italianos y franceses a la hora de enjuiciar y comprender la actuación ’putineska’ y, aún más, su versión pontificia. Pese a ello y no obstante el habitual repudio que las posiciones del papa Francisco despierta en buena parte de la opinión internacional --(y la española en modo alguno es ajena a tal clima)--, debe reconocerse, en compañía de la muy recatada Clío, que sus enseñanzas son muy aprovechadas por el asendereado Pontífice a la hora de enjuiciar ante los focos mediáticos de todo el mundo la conducta del líder ruso refrendada por la mayor parte de su pueblo.
** Catedrático