Diario Córdoba

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Carolina González

El triángulo

Carolina González

Parachu, parachuru

Se volvió viral hace unas semanas y no me extraña. Es un estribillo tan magnético como absurdo. La vida misma. Pachuru, parachuru. Rosario Flores ya la había cantado en otros momentos, pero fue al final de un concierto cuando volvió a soltarlo y enloqueció a los presentes y a las redes sociales. Es el momento, ese tren que solo cuando pasa en el momento adecuado se convierte en EL tren. Deja de ser uno más, un convoy cualquiera, y se erige en el esperado, el idóneo, el oportuno, el apropiado. El parachu. Les pasa también a los políticos. Según el momento en el que acceden al puesto de responsabilidad, se enfrentan a un destino u otro. La cuesta se empina más o menos y eso, en la mayoría de casos, no depende del líder de turno; lo que sí está en su mano es cómo reaccionar a la adversidad.

A Alberto Núñez Feijóo le ha tocado lidiar con la todopoderosa presidenta madrileña. Isabel Díaz Ayuso es la líder del PP en la sombra, la voz que dentro y fuera del partido quieren escuchar para ver si confirma o contradice al líder oficial. Y aun respaldándole públicamente, la joven política de la capital siempre tiene algún que otro dardo envenenado para su teórico jefe. De esa forma se asegura relevancia mediática y protagonismo interno. Tiene la capacidad de llamarle bisoño y obtener aplausos a cambio. Pocas gozan de esa libertad de movimientos. No obstante, Feijóo se lo pone en bandeja con frecuencia, como con la petición a Sánchez de permitirle gobernar dos años.

Las réplicas de Ayuso son sonadas. Y no solo cuando las dirige a Feijóo sino también a Sánchez. Desde la pandemia muchos la señalan como la auténtica adversaria del presidente del Gobierno. Más aún cuando en estas últimas elecciones generales es la única que puede enfrentarse al secretario general del PSOE desde el poder. Sabedora, además, del declive de Vox, al que ella noqueó primero con el adelanto electoral en Madrid, aglutina ese odio visceral de la derecha extrema contra los social-comunistas y a los nostálgicos del PP más duro de Aznar. Cobija bajo su ala al centro derecha, algo que en caso de repetición electoral, con ella al frente de los populares a nivel nacional, podría catapultarla directamente a la Moncloa.

Es su momento porque así le ha tocado la coyuntura política dentro y fuera de su partido. Por eso las cámaras la enfocan cuando acude a cualquier acto por simple que sea; si ella habla, sube el pan. La previsible fallida investidura de Feijóo puede acomodarla todavía más en su atalaya del liderazgo popular y darle más aire hasta las próximas elecciones, que nadie sabe si serán antes de lo previsto. Parachu, parachuru.

*Periodista 

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