Diario Córdoba

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Isabel Agüera

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Isabel Agüera

El aula del hogar

«En el seno del hogar van a recibir la mejor o la peor herencia que podamos legarle»

Rebobinando la cinta de mi vida, me detengo en los años de mi infancia. Huelo, en ellos, a braseros de picón, a uvas pasas, a café de «maquinilla», a sahumerios de azúcar quemada, a flores en todos los tiempos... Mi mundo tenía dos nombres: papá y mamá, y ellos representaban el amor, el ejemplo, la seguridad... la educación. Las manos limpias, las uñas cortadas, las palabras correctas, los buenos modales, la disciplina, el orden, el trabajo, el respeto... constituían toda una gama de gestos que mi padre transmitía en una constante actitud de educador responsable de siete hijos. Y esta retrospección me viene dada al reflexionar y constatar las conductas de padres e hijos en estos tiempos. Los maestros/as sabemos bien, y de ello nos lamentamos constantemente, cuán deteriorada anda la disciplina, y la escasa, o nula, colaboración que aportan los padres, al fin de lograr un mayor rendimiento y, sobre todo, un mayor grado de respeto y consideración hacia los mayores. A mi entender, los padres de hoy, salvo excepciones, que haberlas haylas, sumergidos en la vorágine que les impone una maratón como la que vivimos de competitividad y consumo, depositan, total y absolutamente, la responsabilidad, en cuanto a educación e instrucción se refiere, en el maestro o maestra de turnos de sus hijos. Y si este desinhibirse, de lo que son obligaciones por excelencia de los padres, conllevara, al menos, carta blanca para el tutor, algo menos habría que lamentar. Sucede, paradójicamente, que estos padres, y más aún, madres, ciegos y sordos a cuanto pueda recordar, evocar en ellos algún sentimiento de responsabilidad, se tornan agresivos, en el sentido de no aceptar como bueno aquellas cosas que no desean escuchar, aquellas que les exigen implicación, dedicación, atención... a sus hijos. Para los niños/as de todos los tiempos, el aula por excelencia es el hogar. Se suele decir, y es verdad, que la educación se mama. En el seno de la vida familiar, los niños/as aprenden, de forma natural, lo más transcendente o lo más superficial, en el seno del hogar van a recibir la mejor o la peor herencia que podamos legarle.

*Maestra y escritora

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