Afrontamos un momento clave para España que viene marcado por exigencias de formaciones políticas y dirigentes que plantean un trato desigual entre los distintos territorios que conforman España que, sin duda, afectaría a un trato diferente a los ciudadanos españoles en función del territorio en el que le haya tocado o elegido vivir. En este contexto, es relevante destacar el liderazgo que desempeña Andalucía y su contribución a la búsqueda de un equilibrio territorial en toda España.
Las demandas o planteamientos que solicitan determinados territorios exigiendo privilegios frente al resto de España transita justo en dirección contraria a lo que acordamos todos los españoles en la Constitución. En este complejo escenario, Andalucía debe emerger con fuerza como garantía de estabilidad e igualdad entre españoles. Una comunidad autónoma que ha sabido gestionar su autonomía de manera constructiva y ha demostrado que es posible encontrar soluciones dentro del marco constitucional sin poner en cuestión la unidad de España.
En la historia de la lucha por la autonomía de Andalucía, Córdoba ocupa un lugar de honor. El 1 de enero de 1919 se hizo público en nuestra ciudad el conocido como “Manifiesto de la Nacionalidad” expresión de los anhelos de los andalucistas históricos por una Andalucía autónoma. En febrero de ese año, una manifestación recorría nuestras calles, encabezada por una pancarta en la que, por primera vez en la historia, resonaba el grito de “¡Viva Andalucía Libre!”. Y en marzo, los Centros Andaluces creados por Blas Infante eligieron nuestra ciudad para celebrar en ella la Asamblea Regionalista de marzo de 1919.
En el Círculo de la Amistad, los días 29, 30 y 31 de enero de 1933, la Asamblea de Córdoba, con representantes de los Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales y entidades ciudadanas, aprobaba el anteproyecto de bases para el Estatuto de Andalucía, el primer documento jurídico de nuestra historia para establecer la autonomía andaluza.
El 4 de diciembre de 1977, decenas de miles de cordobeses salimos a las calles exigiendo para Andalucía la plena autonomía, y el 28 de febrero de 1980 312.419 cordobeses, nada más y nada menos que el 60% del censo electoral, el segundo mayor resultado de Andalucía, ratificamos el acceso a la autonomía por la vía del artículo 151, la de primera, la que sólo iba a ser para las entonces llamadas nacionalidades históricas. Estas gigantescas movilizaciones del pueblo andaluz nos permitieron conquistar una autonomía en pie de igualdad con aquellas. De ahí que nuestro Estatuto de Autonomía proclame en su artículo 1º que Andalucía es una nacionalidad histórica, como el País Vasco, Cataluña o Galicia
En lugar de fomentar divisiones y conflictos, Andalucía ha promovido el diálogo, la cooperación y el entendimiento entre españoles. Por Andalucía, España y la humanidad como suscribe nuestro himno.
Como alcalde de Córdoba, siento sobre mi conciencia la responsabilidad de mantener en el año 2023 la misma firmeza que la generaciones de cordobeses y cordobesas que nos precedieron, manifestaron en la defensa de una Andalucía que no quería ser más que nadie pero que tampoco estaba dispuesta a ser menos que nadie. En un momento en el que puede peligrar la autonomía plena que conquistamos los andaluces, es nuestro deber liderar la lucha desde nuestro papel de autonomía histórica y por tanto unirnos bajo nuestra bandera verde, blanca y verde, como supimos hacer en el pasado, para defender la libertad, la igualdad y la justicia por la que un día nos dejamos la piel, para volver a afirmar, como entonces, que Andalucía es de primera.
*Alcalde de Córdoba