Diario Córdoba

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David Márquez

dame fuego

David Márquez

Prótesis leperesca

La brutalidad que destila el diseño de un cartel, bando, convocatoria a un evento de cualquier tipo, con la sola referencia a un QR, sin añadir las mínimas dos líneas con: 1. Lugar. 2. Fecha y hora de la cosa en sí, destaca no solo como vil ejercicio de tecnorrea descuartizadora de lógicas y sentidos comunes, propia de la más bruta y ciega marea tecnocrática, sino, principalmente, como una grandísima falta de respeto hacia el posible asistente-cliente, en definitiva, aquel a quien se le debería facilitar el asunto. Si es que tal asunto no va dirigido al futuro analfabeto-hiperadaptado-esclavo de la tecnocracia, el cual se encuentra felicísimo de plantar su cara prótesis no-teléfono frente a todo QR que se cruce en su camino, descubriendo así, gracias a la ciencia y la tecnología involucionistas, direcciones, fechas, horas o menús del día misteriosamente escondidos. Futuro (o presente) esclavo aquel, todo hay que decirlo, dispuesto a mantener sus manitas en alto, en fatigosa y heroica alternancia, durante las dos horas o más que dura el concierto, la conferencia o lo que sea, para sostener así su no-teléfono en continua grabación, la cual compartirá «en redes». ¡Bravo, fiel alumno! ¡Ya eres «como todos»! Hala. clica en «salvar el Planeta», y sigue conectado, no vaya a ser que te pierdas alguna de las notificaciones colaterales.

Resulta gratificante pasear por Filosofía y Letras y descubrir esos paneles atiborrados de notas, anuncios, cartelería, dando vida y colorido al entorno, proporcionando información de la manera más eficaz y sostenible (seguid así). Pero qué decepción si me tropiezo con ese anuncio que ni siquiera incluye el fabuloso QR. Un título, un subtítulo, con suerte la fecha y quizás una firma, y se acabó. Porque ya se presupone que uso una prótesis no-teléfono (que no) y debo conectarme a Internet automáticamente, sin dudarlo, para acceder a la información completa, la cual incluye lugar y hora. Parece que hubiera un tácito, quizás tendencioso modus operandi en esta manera de omitir, de sesgar lo imprescindible, para empujar al alumnado, al mundo entero, lo quiera o no, a conectarse, cuando lo que se debería estimular, según mi punto de vista (opinión), es un uso inteligente y lo más económico y ecológico posible (tomen nota ciertos ecologistas, meteorólogos y demás profetas del cambio cataclismático) de una herramienta como Internet, y no propiciar la dependencia absoluta de una prótesis involucionista, el no-teléfono, al tiempo que tiran de «data center», todos a una, en precipitada maniobra de consulta-olvido. Ni en un chiste de leperos se llegaría tan lejos.

* Escritor

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