Diario Córdoba

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CARMEN LUMBIERRES

el triángulo

Carmen Lumbierres

Ferragosto de vísperas

No nos dejamos ni un solo tópico en este parón de país como si de una película neorrealista italiana se tratara con un nuevo remedo de Musolini en Argentina, Javier Milei o el producto del enfado peronista que conduce siempre a la barbarie. Ya podría el hartazgo ciudadano ser más creativo que siempre nos lleva a las formulas del autoritarismo, la concentración de poder, el sometimiento al débil bajo el grito de abajo las élites. Que va a pasar una a ser defensora de la élite si lo que le sustituye es este grupo de avezados oportunistas como Bolsonaro o Meloni. En una Italia que se llena en sus costas de personas que hay que rescatar y ahora sí, la presidenta pide ayuda a las ONG que en campaña acusaba de colaboracionistas con las mafias del trafico de inmigrantes. Ni unos días de paréntesis nos dan para celebrar las fiestas de orquesta, bingo, charanga y banderitas de colores, las reuniones familiares a 40 grados, la escalada de sombrillas o senderistas en la montaña escapando de quién sabe qué y sin tener nada claro a dónde.

Este verano lleno de política nacional porque la internacional no para por las costumbres europeas, se ha quedado reducido a poco entre elecciones autonómicas y generales, entre los pactos ya firmados y los pendientes que visualizaremos a partir de mañana en la formación de la Mesa del Congreso. Así que, una vez atravesada la mitad del mes, y con lo más duro del verano climático cuando ya pensábamos que iba a remitir, con la gasolina al alza, que es difícil que rebaje motu proprio, veremos si Junts modera sus peticiones para otorgar su «sí» al PSOE, si Coalición Canaria tira hacia la derecha o la izquierda sin utilizar ya el parapeto del PNV y la decimoquinta legislatura echa a andar. Pocas veces un escaño como el conseguido por el PP en el recuento del voto CERA por Madrid ha modificado tanto las posibilidades, de ahí los recursos interpuestos por el PSOE que han llegado al Supremo. No es lo mismo conseguir la abstención de Junts que su voto favorable, por mucho que el resto de los partidos nacionalistas periféricos empujen en esa dirección. De ahí que Feijóo insista en unos números que no le dan, en ganar la Mesa del Congreso para la derecha, en intentar una investidura aunque fracasara, pero así los plazos correrían y, con Vox en crisis interna, la repetición electoral le pudiera favorecer esta vez con una mayoría más amplia. La votación de mañana es decisiva para saber si vamos ante un gobierno multipolar que deberá emprender de una vez la reforma territorial de este país o volvemos de nuevo a repetir elecciones tan perdidos como en esta escapada estival.

*Politóloga

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