Opinión | TINTA Y BORRONES

Ser vaga

He pasado las navidades de mi adolescencia cogiendo aceitunas con mi familia. Hice prácticas durante la carrera en los veranos y tuve mi primer contrato en la primavera del último año de estudios. Empecé a trabajar y al poco después me matriculé en otra carrera, la acabé a los cinco años y me presenté a unas oposiciones. Cambié de empleo, en otra ciudad. Cogía un tren a las ocho de la mañana y volvía a las ocho de la tarde. Nunca había un descanso total, ni siquiera en vacaciones. Hasta el verano de 2022, que se terminó esa etapa y, por primera vez en mi vida, no tenía nada que hacer. O sí. Fueron apenas un par de meses hasta que volví a tener un empleo, pero ese tiempo lo llené de cursos de decoración, gimnasio, inglés y de cocinar sin parar.

Cuando te quedas sin trabajo tu familia y tus amigos intentan ayudarte con mensajes como: bueno, así puedes descansar; llevas toda tu vida sin parar; está bien que pares y pienses qué quieres hacer; ahora tendrás tiempo para ti. Lo hacen con toda la buena intención aunque por dentro tú solo estás deseando apagar de nuevo el despertador por las mañanas y empezar una nueva jornada maratoniana. ¿Por qué esto tiene que ser así?

Nos han hecho creer que tenemos que ser productivos todo el tiempo y que tienes que llenar tus días de actividad constante. Ya no solo con el trabajo, también tienes que viajar a este destino de ensueño, leer este libro imprescindible, no perderte la obra de teatro que llega tu ciudad o la inauguración de tal exposición, tener un plan todos los fines de semana. No puedes sentarte en el sofá sin haber recogido los platos o quedarte tumbada tranquilamente oyendo llover. No puedes porque eso es ser vaga. El sentimiento de culpa te inunda y te sientes mal por no hacer nada.

Hacer nada, lo que tanto valoramos durante la pandemia ahora es solo un viejo recuerdo. De nuevo se han impuesto las prisas, los trenes llenos, la comida en el táper, las reuniones interminables, las horas extra.

Nos han hecho creer que hay que estar felices y sentirse realizados el mayor tiempo posible, que no vale aburrirse y que hay que aprovechar cada segundo de esta vida haciendo cosas. Y, a veces, una solo quiere ser vaga y no sentirse culpable por eso.

** Periodista

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