Opinión | la cafetera de aspasia

Los tontos y los libros

Uno de los mejores inventos de la humanidad es, sin duda, los libros. Pocos objetos han conseguido consignar toda la sensibilidad, inteligencia, pasión y caos que invade al ser humano.

Hace unos días nos enteramos que Suecia ha paralizado la digitalización de sus escuelas, dejando de invertir en la compra de ‘tablets’ en los colegios. Tarde o temprano, los demás países tendrán que tomar una decisión porque el nivel de comprensión lectora general es insuficiente. Tenemos a universitarios que no son capaces de concentrarse en una lectura compleja, que no aguantan la atención durante periodos mínimos o, en el peor de los casos, que no entienden lo que leen.

¿Responde mi visión a una ‘hater’ de las tecnologías? Nada más lejos de la realidad. Entiendo, comprendo, uso y exploro las pantallas, las tecnologías, pero el impacto objetivo de una pantalla en la mente de un niño, de un cerebro en formación, es catastrófico: impaciencia explosiva, desconcentración, auto-cosificación, permeabilidad a lo peor de los demás o modas de apariencia. Quizás, el sistema educativo debe entender que si introduce estos objetos en las dinámicas pedagógicas (‘tablets’, enviar las tareas por Classroom, hacer juegos de Kahoot, etcétera) debe ir acompañado de una formación radicalmente crítica con el mal uso de las pantallas, el más adictivo porque, de lo contrario, los niños y jóvenes están vendidos al mejor postor, ya desde la escuela.

Las compañías de móviles y ‘tablets’, las de redes sociales, están haciendo dinero con su atención, con su tiempo, su autoestima y su infancia... pero aquí no pasa nada. Dejamos que se atonten, simplifiquen o radicalicen día tras día. Parece que queremos que la generación de nuestros hijos y alumnos sea una generación de tontos. A alguien le debe venir bastante bien, pero entiendo que como padres y profesores deberíamos dar más la señal de alarma.

Cuando lees, tu cerebro procesa información. Es tan potente que ‘visualiza’ lo que te están contando. A partir de las letras, que no son más que unos dibujos en un soporte, puedes ver imágenes. Tu imaginación está ejercitándose, tu comprensión y tus sentidos también están funcionando. ¿De verdad les vamos a dejar sin esto a las próximas generaciones? ¿De verdad queremos una generación de tontos anestesiados?

*Artista y profesora de la Universidad de Sevilla

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